Envalentonada por el incremento de su peso económico a nivel global, China se está afianzando en el grupo de países que marcan la pauta en el plano diplomático. En ese marco, Beijing busca fortalecer los lazos con Rusia, país que en las últimas décadas ha sido el gran aliado de China en este plano, sobre todo en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas. Un hecho que se vuelve clave en momentos en que las relaciones con Estados Unidos se encuentran en un estado de tensión por las acusaciones mutuas de espionaje cibernético y los deseos de Washington de aumentar su influencia en esa zona del Pacífico. En esa línea, el primer viaje exterior de Xi Jinping como nuevo Presidente del país -cargo en el que será confirmado tras la constitución de la XI Asamblea Popular Nacional, que se reuniría a partir de 5 de marzo- será a Moscú, donde se reunirá con el gobernante Vladimir Putin, según la información oficial de los medios chinos. Así, Xi seguirá los pasos del saliente Presidente Hu Jintao, cuya primera parada internacional tras haber asumido también fue la capital rusa. Por el contrario, un eventual cara a cara de Xi con el Presidente estadounidense Barack Obama podría tener lugar recién en septiembre, cuando ambos coincidan en la cumbre del G-20 que se desarrollará en la ciudad rusa de San Petersburgo. Los esfuerzos para adelantar un encuentro bilateral entre ambos líderes, hasta ahora, han sido infructuosos. Aunque se desconoce la fecha exacta del arribo de Xi a Moscú, medios locales sostienen que la visita del dirigente a Rusia tendrá lugar antes de la V reunión de los líderes de las economías emergentes -Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica- que se desarrollará los días 26 y 27 de marzo en la ciudad sudafricana de Durban.
Ya en enero pasado el propio Xi le aseguró al jefe del Consejo de Seguridad del Kremlin, Nikolai Patrushev, que Beijing continuará impulsando una asociación estratégica bilateral de coordinación con Moscú, dado que esa es su prioridad en materia diplomática. De acuerdo con la agencia Xinhua, en aquella ocasión el también secretario general del Comité Central del Partido Comunista Chino enfatizó que ambos países deben cooperar más, ya que -en su opinión- son dos fuerzas constructivas que promueven el mantenimiento del equilibrio estratégico mundial.
Esta semana, en tanto, Putin calificó a la cita con Xi como “un evento importante” en los lazos bilaterales. “Las relaciones entre Rusia y China tienen un impacto enorme sobre la paz y el desarrollo mundiales. Rusia está dispuesta a hacer esfuerzos conjuntos con China para promover aún más las relaciones bilaterales”, sostuvo el presidente ruso.
“China quiere consolidar su posición con Rusia antes de tratar con EE.UU.”, comentó al diario estadounidense The New York Times Jin Canrong, de la Escuela de Estudios Internacionales de la china Universidad Renmin. En particular -dijo-, China probablemente buscará el apoyo ruso en su disputa territorial con Japón (aliado de EE.UU.), en torno a las islas Senkaku (para Tokio)/Diaoyu (para Beijing).
En cuanto a una eventual cita entre Xi y Obama, Bonnie Glaser, del Center for Strategic and International Studies de Washington, dijo a ese medio que un retraso en su concreción podría “intensificar” las animadversiones. Una pronta reunión “sería bien recibida por toda la región, que está un poco ansiosa por la fricción entre EE.UU. y China”, señaló.