Mario Vargas Llosa conoció a Julio Cortázar y su esposa Aurora Bernárdez en los 60, en París. Verlos juntos, escribió, era un espectáculo: "Todos los demás parecíamos sobrar. Todo lo que decían era inteligente, culto, divertido, vital".
Aurora Bernárdez y Cortázar se separaron en 1967, pero tras la muerte del escritor ella se convirtió en su albacea. Traductora de Flaubert, Calvino y Nabokov, la viuda murió ayer en un hospital de París, a los 94 años. Estaba internada hace días por un accidente cerebro bascular.
Nacida en Buenos Aires en 1920, Aurora Bernárdez y Cortázar se casaron en 1953. Aunque él vivió después con la lituana Ugné Karvelis y más tarde con la estadounidense Carol Dunlop, su ex mujer lo acompañó tras la muerte de Dunlop, en 1982, y lo asistió durante su enfermedad, cuando le diagnosticaran la leucemia que lo condujo a la muerte, en 1984.
Como única albacea y heredera del autor de Rayuela, Aurora Bernárdez promovió la obra y el rescate de Cortázar. Editó su correspondencia en cinco tomos, publicó los inéditos Papeles inesperados y el diccionario biográfico Cortázar de la A a la Z. Además, fue una de las impulsoras del Año Cortázar, que se celebró desde principios de 2014, con motivo del centenario de su nacimiento.