Corey Haim, el ídolo juvenil de los años 80, protagonista de películas como Lucas, Generación perdida, Sin permiso para manejar y Sueña un pequeño sueño, murió ayer en el departamento en Hollywood que compartía con su madre, a la cual cuidaba de un cáncer a las mamas. Según la policía, la estrella estaba resfriada y se sospecha de una sobredosis accidental de medicamentos, ya que estaba consumiendo al menos cuatro. Pasada la medianoche se sintió mal. Se dirigió al dormitorio de su madre y tuvo un colapso. A las pocas horas falleció en el hospital.

Este el fin de la historia del actor canadiense de 38 años, que empezó a trabajar teniendo apenas 11 años en la serie televisiva The Edison twins, y que encontró la fama y la perdición siendo un adolescente.

Haim se convirtió en estrella a los 15 años, junto a Charlie Sheen y Winona Ryder en el filme Lucas. Y en 1987 vino uno de los roles de su vida, en Generación perdida, con Jason Patric y Kiefer Sutherland, éxito de taquilla que lo lanzó al olimpo de Hollywood, y donde conoció a su mejor y gran amigo, Corey Feldman. Compartieron en numerosos filmes. Sucumbieron a las drogas. Aunque Feldman logró salir adelante. Incluso en 2007 y 2008 protagonizaron el reality Los dos Coreys.

En 1988 Haim realizó sus últimas buenas películas. Luego siguieron producciones que fueron directamente al video, mientras se iba desvaneciendo en el abuso de calmantes. "Una llevó a dos, dos llevó a cuatro, cuatro llevó a ocho, hasta que me encontré tomando 85 pastillas al día", declaró el año 2000, cuando ya eran varios los intentos de rehabilitación.

Ayer, Kiefer Sutherland seguró que estaba "devastado". Y Feldman comunicó: "Deben tomar como una lección de cómo tratamos a la gente con la que compartimos en este mundo mientras ellos aún están vivos, para que así podamos hacer cambiar las cosas".