Una de las mayores figuras estadounidenses del arte abstracto, el pintor Kenneth Noland, murió el martes pasado. Nacido en 1924, recogió a fines de los 50 el legado artístico de Jackson Pollock y Willem De Kooning, aunque con un estilo basado en las formas geométricas. Círculos, rayas y diamantes eran distinguibles en sus trabajos, que también destacaron por su uso del color. Aunque su fama fue eclipsada años después por el arte pop, el crítico Karen Wilkin lo describió como "uno de los grandes coloristas del siglo XX", creador de "un nuevo tipo de abstractismo americano, basado en la primacía del color".