Fue en 1963 cuando llegaba a librerías Chilena, casada, sin profesión. Era la segunda novela de Elisa Serrana, que había publicado también cuentos en diarios y revistas en los 50. Pero la novela, de rasgos autobiográficos y donde retrataba a las familias de clase alta, agotó nueve ediciones y fue el libro más leído del año. Anoche, la autora chilena murió en Santiago debido a una neumonía. Sus restos serán sepultados hoy en el Cementerio General, luego de una misa en la iglesia El Bosque (13.00).

Había nacido en 1930 como Elisa Pérez Walker y tomó el apellido de su marido, Horacio Serrano, para firmar sus libros (alterando la última letra). Madre de cinco hijas, entre ellas la escritora Marcela Serrano; Elena, abogada, Margarita, periodista; Paula, sicóloga y Sol, historiadora. En 2003, editorial Andrés Bello recogió tres de sus novelas en Obras selectas. Al año siguiente, Plaza & Janés reeditó En blanco y negro, de 1968. En su época, Serrana fue un ícono de la participación de la mujer en la literatura y decía que mientras escribía, "contesto el teléfono, intervengo en una pelea de niños y hago las compras". Fue parte de la generación del 50, con María Elena Gertner, Mercedes Valdivieso y Matilde Ladrón de Guevara.