Charlie Wilson, el ex congresista estadounidense que jugó un papel clave en el conflicto de Afganistán en los 80 y fue inmortalizado en el cine por Tom Hanks en la película "La guerra de Charlie Wilson" (2007), murió ayer a los 76 años de un ataque al corazón.

Wilson, un demócrata cuya afición a las fiestas eclipsó en ocasiones su labor política, había sido sometido a un trasplante de corazón en 2007. Conocido como "el liberal de Lufkin", en alusión a esa región texana, cercana a Trinity -la localidad donde nació- mantuvo su escaño en el Congreso norteamericano por Texas entre 1973 y 1997. Nunca escondió su particular estilo de vida y su fama de mujeriego -evidentes en el filme de Mike Nichols- pero también es reconocido por ser uno de los principales defensores de los beneficios para los veteranos de guerra.

"Charlie amaba esta nación y tenía un respeto y una gratitud profundos por los hombres y mujeres que la defendieron", dijo al diario Houston Chronicle Anthony Zollo, director de la clínica para pacientes de guerra de Lukfin, que lleva el nombre del congresista.

La película de Nichols plasmó los esfuerzos de Wilson por abastecer a grupos guerrilleros respaldados por EE.UU. que combatieron a la Unión Soviética durante el conflicto afgano. Wilson, por entonces miembro del Comité de Apropiaciones de la Cámara Baja estadounidense, ayudó a reunir el dinero para el armamento de los insurgentes, muchos de los cuales se transformaron después en talibanes.

En 1980, Charlie Wilson fue acusado por Rudolph Giuliani de consumir cocaína en un hotel de Las Vegas, aunque la investigación se desestimó por falta de pruebas.