Murió a los 88 años en el palacio de Dueñas, en Sevilla, la ciudad en la que vivió sus últimos años y en la que se casó por tercera vez, en el que fue su penúltimo acto de rebeldía. Catorce veces Grande de España, Cayetana Fitz-James Stuart y Silva era la jefa de la Casa de Alba y una destacada figura de la vida social pero, por encima de todo, un personaje único que, con 46 títulos nobiliarios (más que cualquier otra persona en el mundo) no dejaba a nadie indiferente. Nació en un palacio, el de Liria en Madrid, pero siempre le gustó pisar la calle y desafiar los convencionalismos. Lo hizo hasta el final de sus días. Murió rodeada de los suyos, en compañía de su marido, Alfonso Diez.

La familia -los seis hijos de la duquesa; su marido, además de sus nietos- se reunieron en el palacio, desde donde el cuerpo de la duquesa fue trasladado hacia la capilla ardiente, que quedó instalada en el salón Colón de la municipalidad de Sevilla

Parte de sus cenizas serán depositadas en una capilla lateral en la iglesia del Cristo de los Gitanos, a cuya hermandad pertenecía la duquesa, y el resto será colocado en el monumental panteón de la Casa Ducal de los Alba, en la localidad madrileña de Loeches.

Cayetana de Alba repartió la herencia de manera desigual entre sus seis hijos todos ellos nacidos de su matrimonio con Luis Martínez de Irujo. Mantener el legado de la Casa de Alba fue una de las grandes preocupaciones de la duquesa. Jesús Aguirre, casado en segundas nupcias con Cayetana fue su gran apoyo en esta tarea, restauró gran parte de la colección pictórica. En 2012 y con el apoyo del municipio de Madrid, ella mostró parte de su tesoro en una exposición bajo el nombre de "El legado de la Casa de Alba. Mecenazgo al servicio del arte". Se exhibieron 150 obras maestras -con lienzos de Tiziano, Ribera, Rubens, Zurbarán, Renoir, Chagall, Madrazo y Zuloaga- entre las que destacan la pintura sobre tabla La Virgen de la granada, de Fra Angélico, realizada entre 1430-1440, y el Retrato de la duquesa de Alba de blanco, de Francisco de Goya, que data de 1795.

Debido a su vida social y a su interés por el arte, Cayetana se relacionó con múltiples artistas y personalidades, desde Jackie Kennedy hasta Grace Kelly e Yves Saint Laurent. Ella misma contó que Picasso quiso que fuera su modelo para una nueva versión del cuadro La maja desnuda, pero el proyecto no prosperó por la oposición de su marido Luis Martínez de Irujo. Eso sí, siendo niña fue retratada sobre un poni por Zuloaga. Una de sus grandes pasiones fue el flamenco y destacó por sus dotes para el baile.

Sus últimos días los pasó en su casa de Dueñas donde su tercer marido le instaló una pantalla de cine para que disfrutara de una de sus grandes aficiones. Frente a ella vio sus películas favoritas, entre las que están Retrato en negro, de Lana Turner y Anthony Quinn; Gigante, con Rock Hudson, Elizabeth Taylor y James Dean y Lo que el viento se llevó, con Vivien Leigh, Clark Gable y Olivia de Havilland.

La Casa de Alba posee una de las fortunas más grandes de España. En octubre de 2013, la revista Forbes cifró su patrimonio en 3.000 millones de euros.