Intérprete estratosférico, compositor fecundo e imaginativo, tímido pero sublime e infatigable embajador de la cultura española, Paco de Lucía fue un músico universal, el guitarrista que refundó el flamenco y lo subió a las más altas cimas artísticas, haciéndolo crecer y evolucionar y mezclándolo con la bossa nova, el jazz o el blues, a las que él llamaba "las músicas del refrigerador vacío".

Paco de Lucía falleció tras un infarto la noche del martes, en la zona de Playa del Carmen, en México. Tenía 66 años y se sintió indispuesto mientras jugaba con uno de sus hijos en la playa. Poco después llegó por sus propios medios a un hospital cercano y murió en la sala de urgencias.

De nombre original Francisco Sánchez Gómez, el músico era español de nacimiento, pero gitano de espíritu. Aprendió a rasguear la guitarra por pura necesidad, al mismo tiempo que empezaba a hablar, en su ciudad natal de Algeciras (Andalucía). "Estábamos hambrientos y mi padre no sabía qué hacer para sacarnos adelante", solía contar. "Los flamencos, como todos los artistas de las músicas de raíz, siempre hemos tenido el refrigerador vacío".

Su madre portuguesa, Luzia Gómez, dio nombre a la estirpe. Y su padre, Antonio Sánchez, fue el férreo y emprendedor productor que supervisó la carrera y la revolución flamenca que Paco de Lucía, solo y sobre todo junto a su inseparable Camarón de la Isla, cantaor legendario, montó en los años 60 y 70, al despachar una decena de discos que marcarían el futuro del género.

En 1966, se enroló en la compañía de Antonio Gades para una gira americana en la que interpretaban la Suite flamenca; allí descubriría el comunismo, Brasil y el bossa nova, que tanto le ayudó a dar un aire nuevo al flamenco. Su manera de tocar la guitarra, con las piernas cruzadas y una gran colocación de las manos, volvía locos a sus colegas, según contaba el guitarrista Emilio de Diego: "Paco me hacía cosas maquiavélicas muchas veces, el cabrón. Es que era un monstruo, pero de verdad. Empezaba a hacer cosas que están prohibidas anatómicamente, guitarrísticamente; prohibidas para todos, menos para él".

Paco de Lucía había aprendido a tocar oyendo en directo a su hermano mayor, Ramón de Algeciras. El autodidactismo era forzoso en aquellos tiempos. Solía recordar que en los tiempos más duros, "los guitarristas se ponían de espaldas cuando tocaban una melodía nueva para que los jóvenes no se las copiaran".

Tras dar varias vueltas al globo, probar por primera vez a tocar jazz flamenco y grabar La guitarra fabulosa de Paco de Lucía, en 1967, iba a nacer la pareja que cambió para siempre el destino del flamenco: el dúo Paco-Camarón de la Isla. Fue un momento fundacional para la historia moderna del flamenco. Era 1969, el año en que el hombre llegó a la Luna. Su revolución formal y técnica universalizó por segunda vez la maltratada música flamenca.

Los dos genios flacos llevaban el mismo patrimonio genético artístico y compartían pasiones y virtudes. Grabaron juntos, entre 1969 y 1979, nueve discos magníficos, irreprochables, llenos de fantasía y de creatividad. Su tema más popular fue Entre dos aguas, una rumba incluida a última hora en el disco Fuente y caudal (1973).

Desde 1979 empezó una trayectoria solista y retomaría sin mayores problemas su carrera de concertista, en solitario o en compañía de otros. En 1980 se registró el histórico álbum Friday Night In San Francisco, con las guitarras acústicas y eléctricas de John McLaughlin y Al Di Meola, y ese mismo año, Paco creó el Paco de Lucía Sextet, la formación que durante dos décadas llevaría por el orbe la marca del mejor flamenco mestizo, con instrumentos como el cajón peruano, y de la España más talentosa. Sólo quiero caminar (1981), Live... One Summer Night (1984) y Live in America (1993) siguen siendo hoy referencias imprescindibles.

En Chile

Durante los años 80 y 90, el músico andaluz visitó Chile en repetidas oportunidades. El 23 de noviembre de 2013, sin ir más lejos, retornó al país para presentarse en el Arena Monticello, tras 15 años sin dar un concierto. El músico anunció en ese momento que en marzo de este año se publicaría su último disco, el primero desde el 2004.

También fue franco sobre su relación con la guitarra: "Este instrumento es muy cabrón, en el que nunca las tienes todas contigo, donde nunca sabrás si vas a tocar bien. Todo depende de cómo te trate. En un piano tienes todas las notas afinadas, en la guitarra si tienes una uña más larga que la otra empieza a fallar, esa uñita más larga te desequilibra la mano; a veces no suena bien por la acústica, también afecta la concentración. Es un instrumento que te domina".

Premio Príncipe de Asturias de las Artes 2004, Paco de Lucía siempre restó importancia a su gigantesca figura. Una escena de un documental de Televisión Española, rodado en su casa mexicana, resume bien su humor: "No se crean nada. Los músicos somos unos cuentistas que siempre estamos con el rollo de la angustia. El artista sufre, sí, pero más sufre un albañil subido en un andamio de seis pisos. O Bach, que cada semana tenía que componer una fuga para la catedral de Leipzig. Y sin calefacción ni comida. Y Van Gogh, el pobre, siempre pelao y sin oreja. Y hoy los artistas nos creemos algo, unos fenómenos...".