as piscinas posibilitaron que el empresario y ex deportista Günter Mund -fallecido el domingo en un accidente aéreo, en Melipilla- pudiera condensar dos aspectos fundamentales de su personalidad: la innovación y la pasión por los deportes acuáticos. Hijo de inmigrantes alemanes aficionados a la natación, heredó de ellos la piscina Mund, ubicada en Av. Grecia 1051 (entre la calle Obispo Orrego y la Av. Salvador Sur), frente al Estadio Nacional. Abierta en 1945, rápidamente se transformó en un hito de la ciudad, no sólo por tener cinco piletas en su interior, sino por ser uno de los primeros lugares de Santiago que habilitó un sauna y baños de vapor, en 1962.

Eran un lujo para la época, que pudieron disfrutar los jugadores de la selección nacional de fútbol que participaron del Mundial que ese año se realizó en Chile. Lo mismo haría posteriormente el plantel de Colo Colo, asiduo visitante a las instalaciones de Mund en los 60.

La vieja piscina, que cerró definitivamente en 1991, fue durante años el único lugar que contaba con trampolines para practicar saltos ornamentales, la disciplina con la que Mund acabó en el sexto lugar de los Juegos Olímpicos de Melbourne, en 1956.

Mund, quien recibió el negocio a mediados de los 60, supo innovar y dar un paso adelante en la disciplina que le apasionó toda la vida: las piscinas adoptaron un concepto más sofisticado y cambiaron de sede, instalándose en calle Cardenal Belarmino, en la comuna de Vitacura. En 1980 abrió ahí una piscina, que actualmente es un spa de 2.000 m2 de superficie, con corrientes de agua y un tobogán en forma de espiral, además de hidromasajes y jacuzzis. También inauguró 16 salas para masajes, baños de vapor, saunas clásicos y versiones más modernas, como el biosauna. El spa se transformó en uno de los lugares más requeridos para quienes quisieran relajarse.

Según recuerda Humberto Zamora, amigo de Mund y ex dirigente de la Federación de Natación, los padres de Mund querían sustentarse en su nuevo destino utilizando sus conocimientos en deportes acuáticos adquiridos en Alemania. "Ellos, además de obtener dinero, querían que sus hijos tuvieran un lugar donde entrenar y practicar natación y saltos", explica. Esos entrenamientos surtieron efectos. Mund se transformó en un hito tras su actuación en los Juegos Olímpicos y luego de obtener medallas de oro en sudamericanos. "La familia instalaba trampolines forrados en género, eran de mala calidad, pero eran los únicos que había en Santiago. Muchos iban a la piscina a entrenar", agrega Zamora.

Wanda Fernández, vecina del barrio y usuaria del complejo, recuerda que su madre y su hijo solían ir a la piscina, pero ella acudía al sauna. "Casi todos los que íbamos éramos del barrio", dice.

Respecto del cierre de las piletas de Ñuñoa, Zamora dice que el negocio inmobiliario eligió como blanco el gran espacio del lugar, en medio de un barrio residencial que estaba creciendo. "Llegó un momento en que la pileta ocupaba un espacio muy amplio. Günter determinó cerrarla en 1991, pero antes construyó su pileta de Vitacura", cuenta.

Hoy, en el sitio se emplaza un complejo de departamentos, pero el legado aún se percibe entre quienes se bañaban en una de las piscinas del complejo. "Desde el punto de vista deportivo, esa pileta contribuyó mucho al desarrollo de los saltos ornamentales. En términos de recreación, fue una de las primeras donde podía ir la familia, junto a la de Carabineros, ubicada en calle Balmaceda", agrega Zamora.

Aunque las piscinas Mund abrieron en Vitacura en 1980, a fines de la década de los 90 el espacio comenzó a cambiar de rubro, sumando al sauna y los baños de vapor que ya existían, las camillas de agua, salones de masajes y gimnasio. El lugar se estaba consolidando como un spa, al que Mund llegaba caminando porque vivía cerca. "Al principio estaba enfocado sólo a una piscina, pero fueron modificándose y haciendo del lugar un espacio más integral, donde se podía nadar y también relajarse", comenta Valeria Navas, kinesióloga de la Fundación Médica San Cristóbal y usuaria del actual Spa Mund. Al respecto, Gustavo Equiluz, dueño del Spa Novavida, reconoce que Mund fue "pionero en piscinas temperadas y saunas" en Santiago.