Que nada de la mancha del dopaje toque la Vuelta a España es la consigna en todos los equipos, aunque duela. Literalmente.
Vincenzo Nibali había sido picado por una abeja y debió correr la 11ª etapa, una contrarreloj individual en Tarazona, con dolor y molestias, porque el equipo no supo cómo tratarlo evitando sustancias que pudieran después aparecer en los controles de dopaje.
Nibali fue cuarto y recuperó la camiseta roja, que estaba en poder del estadounidense Chris Horner (RadioShack), ahora cuarto.
El ganador del día fue el tetracampeón de la especialidad, Fabian Cancellara.
En tanto, Kevin de Weert (Omega Pharma) sufrió una caída que le produjo fractura cervical sin desplazamiento ni consecuencias neurológicas, otras en la tibia y clavícula derechas, además de la rotura del tendón rotuliano de la rodilla izquierda.