En su más dura crítica tras el derrame de petróleo en el Golfo de México y justo en el Día Mundial de los Océanos, el Presidente norteamericano, Barack Obama, dijo ayer que quería saber "qué traseros hay que patear" por la lenta respuesta del consorcio petrolero británico British Petroleum (BP), luego del hundimiento de la plataforma Deepwater Horizon hace 50 días. En una entrevista que sería emitida anoche en la cadena NBC, el mandatario insistió en que "no me siento a hablar con expertos porque este sea un seminario universitario. Hablamos con estas personas porque ellas posiblemente tengan la mejor respuesta y así yo puedo saber qué traseros hay que patear".
El accidente petrolero en el Golfo de México no sólo ha significado críticas a la compañía británica, sino al propio Obama, por la respuesta del gobierno al peor derrame de crudo en la historia de EE.UU. De hecho, algunos funcionarios norteamericanos han sido cuestionados por no haber aplicado todos los controles a BP. Según una encuesta del diario The Washington Post, el 69% de los estadounidenses cree que el gobierno ha manejado el problema "no muy bien o "pobremente". Por otro lado, el Post reveló que en los últimos 10 años hubo repetidas indicaciones de violaciones a la seguridad y el medioambiente por parte de la petrolera. Estos hechos complican a Obama, quien ha visto descender su popularidad por debajo del 50% y se verá sometido a una "prueba de fuego" en noviembre, cuando su partido enfrente las elecciones legislativas. En éstas, los republicanos esperan quitarle algunos escaños a los demócratas, especialmente en la Cámara Baja.
Además de sus dichos contra BP, Obama se refirió al presidente de esa compañía, Tony Hayward, quien recientemente se quejó del gran costo en tiempo que le estaba acarreando la lucha contra la marea negra. Incluso, el directivo señaló que el Golfo de México es un "gran océano" y que las repercusiones medioambientales serían "probablemente muy moderadas". "Tras esas declaraciones él ya no trabajaría para mi", dijo Obama.
BP está bombeando parte del crudo a un barco. Las autoridades estadounidenses dijeron esta semana que se logró aumentar la cantidad bombeada cada día a unas 2 mil toneladas. Sin embargo, hasta ahora, no se sabe con certeza la cantidad exacta de crudo que sale de la fuga, aunque, según datos oficiales, podrían ser hasta 3.400 toneladas diarias. La marea negra ha afectado a los estados de Louisiana, Alabama, Mississippi y Florida.