En los años 70, la construcción de las nuevas instalaciones del aeropuerto de Tegel, en Berlín, marcó un hito para una Alemania que estaba dividida. Era la época de la Guerra Fría. La capital se había convertido en una isla, desconectada del mundo y necesitaba con urgencia revertir esa imagen.

El nuevo aeropuerto de Tegel abrió sus puertas en 1975, con un diseño hexagonal de vanguardia, nunca antes visto en el mundo, que permitió la conexión directa con medios de transporte, carreteras y puntos de la ciudad, además del ingreso casi inmediato de los pasajeros a la terminal en sus propios autos. El revolucionario concepto se conoció como "drive-in-airport" y ha sido imitado en Stuttgart y Hamburgo. Sus creadores son Meinhard von Gerkan y Volkwin Marg, dos arquitectos treintañeros entonces, recién egresados, cuyas carreras recibieron un impulso decisivo con esta obra.

"Luego de realizar este proyecto escribimos un libro con las tesis que nos definen hasta hoy como firma: la sencillez, lo natural y la combinación de la uniformidad con la diversidad. No nos gusta la arquitectura sólo decorativa, queremos mejorar a cabalidad las ciudades", dice a La Tercera, Meinhard von Gerkan, uno de los socios fundadores.

Hoy, la firma de arquitectura alemana GMP (von Gerkan, Marg und Partner) suma otros seis socios, unos 400 premios y 310 construcciones en todo el mundo, que incluyen los estadios de Ciudad del Cabo, Durban y Puerto Elizabeth, en Sudáfrica, donde se jugó el Mundial de Fútbol 2010, además de museos y teatros en China, Italia, Vietnam e India.

Una selección de sus obras más emblemáticas se puede ver, a través de fotos, maquetas y videos, desde esta semana en el MAC de Quinta Normal, en la muestra Diseñando en diálogo. Se trata de la exposición con la que reabre oficialmente el museo, que tras el terremoto de febrero de 2010 fue refaccionado con un aporte especial del gobierno alemán, de 250 mil euros.

Pensar en la gente

Antes que la forma, el estilo o el material, para GMP lo esencial de una construcción es la funcionalidad y cómo ésta entra en diálogo con el entorno y la gente. Un ejemplo clave son los estadios construidos en Sudáfrica: "El de Ciudad del Cabo está pensado en torno a la topografía, en este caso, a la Montaña de La Mesa, un ícono de la ciudad. Nuestra idea fue construir algo inspirado en eso, pero que fuese minimalista, que no compitiera con el terreno. Mientras que la ciudad de Durban necesitaba un estadio de mayor presencia que se transformara en un símbolo, porque Durban es una ciudad con poco carácter topográfico", explica Michael Kuhn, arquitecto de la firma. El resultado es una estructura abstracta que se integra al paisaje en Ciudad del Cabo, frente al imponente complejo con un gran arco desde donde se ve toda la ciudad de Durban.

Para lograr esta sincronía con el paisaje y la cultura, GMP trabaja con firmas de arquitectura locales, que les informan de las necesidades de cada lugar. Así, han ingresado con fuerza en China, con varios proyectos, como el Museo Chino Nacional de Beijing, la ópera de Chongquing o el Congreso de Nanning. Quizás el más impresionante sea la ciudad de Lingang, a 60 kilómetros de Shanghai, una urbe artificial levantada desde cero, en 2003, y que alberga a 800 mil habitantes. "Para Lingang nos inspiramos en una gota cayendo sobre el agua. Dividimos la ciudad en anillos concéntricos, donde cada uno tiene funciones distintas: hay áreas de trabajo, residenciales, comerciales", cuenta el arquitecto.

Aunque se caracteriza por la sencillez y la naturalidad de sus líneas, GMP evita las etiquetas. "No creemos en esa arquitectura arbitraria, donde arquitectos como Frank Gehry se lucen siempre con la misma fórmula. Lo vital es pensar en el habitante, y no en una idea preconcebida del arquitecto", señala Kuhn.

Además de tener proyectos en varios países del mundo y la construcción de un nuevo aeropuerto en Berlín, que estará listo para junio de 2012, GMP trabaja por primera vez en Sudamérica, diseñando tres estadios en Brasil, sede del Mundial de Fútbol de 2014 (Sao Paulo, Brasilia y Curitiba). "Es fascinante poder trabajar en Brasil, China o India, que están en pleno desarrollo y donde aún está todo por hacerse. Por eso nos interesa venir a Chile, tiene un gran potencial y respetamos la fama de su arquitectura actual. Estamos contentos de estar acá y poder intercambiar ideas y experiencias", remata el alemán.