A MEDIADOS de los 90, cuando el actual presidente del Banco Central, José de Gregorio, trabajaba en el Ministerio de Hacienda, era conocido en los círculos políticos de la capital por sus trotes matutinos. Cada mañana salía desde su casa en el sector de Escrivá de Balaguer de Vitacura y corría hasta Teatinos, en pleno centro de Santiago, en un trayecto que le tomaba cerca de una hora. "Cuando llegaba, usaba el baño del ministro Aninat para ducharse", cuenta su amigo y economista, Cristián Larraín, quien trabajó junto a De Gregorio como asesor de la cartera.
Hoy, este estilo de vida sana es preferido cada vez más por otros ejecutivos santiaguinos, que utilizan transportes alternativos al automóvil para trasladarse a sus oficinas o hacen deporte entre su jornada laboral.
Las empresas, por su parte, han tomado nota de esta tendencia. Muchas han instalado estacionamientos para bicicletas junto al de los autos, como también camarines con duchas para que sus empleados puedan arreglarse directamente en sus lugares de trabajo.
Ese es el caso del abogado Juan José Bouchon (32). Inspirado por un estilo de vida que aprendió mientras residía en Nueva York, hace un año y medio que no se baja de su bicicleta de montaña. Todos los días viaja en ella desde su casa en el sector de Francisco de Aguirre, en Vitacura, hasta las oficinas de la firma Carey y Cía., ubicada desde septiembre del año pasado en el rascacielos Titanium La Portada.
Bouchon entra por el mismo acceso de los automóviles, porque en el nivel -1 está ubicado el aparcamiento para bicicletas, con una capacidad de 200 que la administración del edificio instaló con rejas y vigilantes que las protegen. Al lado está ubicado un camarín con duchas, aunque aún no está disponible, pues está a la espera del proceso de licitación para su limpieza y mantención.
A pesar de esto, el abogado agradece el gesto: "Ya el hecho de tener un buen estacionamiento cerrado es un incentivo, porque en mi oficina, más del 10% de los 200 que trabajamos ahí nos vamos en bicicleta".
La pasión de Andrés Roessler (39) hace cinco años es el running. El gerente comercial de Scanavini, empresa de cerraduras, ya ha participado en la maratón de París, Berlín y Santiago.
Para eso debe entrenar intensamente. Todas las mañanas se levanta cerca de las 5.00 horas para trotar por el sector de Av. Santa María y Av. Escrivá de Balaguer, o si no, se traslada en auto a su oficina en Almirante Blanco Encalada 2545 para correr cerca de una hora y media por los alrededores del Parque O'Higgins. Luego, vuelve a su oficina, donde su compañía le instaló un baño con ducha.
"La empresa me da comodidad para practicar este deporte. Me flexibilizan el horario para mi entrenamiento y me dan la infraestructura necesaria para poder ducharme y cambiarme de ropa en mi trabajo", cuenta Roessler. De hecho, el ejecutivo está entrenando para una competencia de Ironman en Brasil, donde viajará auspiciado por su empresa.
El sello Leed (Leadership in Energy & Environmental Design), también llamado "verde", reconoce el estándar medioambiental de las construcciones.
Según explica Rolf Sielfeld, socio de Energy Arq, empresa que asesora a inmobiliarias que aspiran a obtener este sello, contar con este tipo de equipamientos es premiado por el hecho de que disminuye el impacto del automóvil.
"Un edificio que se proponga seriamente el ser sustentable incorporará los racks de bicicletas y camarines", dice Sielfeld.
Edificios como Titanium La Portada, que postula a este sello Leed, incorporan estos equipamientos. Otros, como el nuevo proyecto de oficinas Parque Lyon que se instalará en la comuna de Providencia, también harán lo mismo, con duchas, camarines y aparcaderos.