La puerta hacia una solución pacífica en Siria parece haberse cerrado temporalmente ayer, luego de que Naciones Unidas cesara las actividades de su misión desplegada en el país debido al aumento de la violencia "en los últimos diez días". La decisión fue informada por el jefe de los observadores, el general noruego Robert Mood, quien en un comunicado aclaró que la situación será "analizada diariamente". Así, los observadores permanecerán en sus bases, dejarán de patrullar "hasta nueva orden" y restringirán el contacto con el gobierno y la oposición.
"La ausencia de voluntad por ambas partes (gobierno de Bashar Assad y la oposición) para llegar a una transición pacífica incrementa las pérdidas: civiles inocentes, mujeres, hombres y niños mueren todos los días. Esto aumenta también los riesgos que corren los observadores", lamentó el general Mood.
La misión de 300 observadores se encuentra en Siria desde abril para monitorear el cese al fuego, uno de los seis puntos del plan de paz del enviado especial de la ONU Kofi Annan. El también representante en Siria de la Liga Arabe, había reconocido la semana pasada que su iniciativa "no se ha cumplido".
Tras el anuncio, el ministerio sirio de Relaciones Exteriores afirmó que "comprende" la decisión del general Mood, pero rechazó la responsabilidad del gobierno en el aumento de la violencia. "Los grupos terroristas armados han intensificado sus operaciones criminales, tomando como blanco sobre todo a los observadores de la ONU y amenazando sus vidas", denunció la cartera en un comunicado publicado por la agencia de noticias oficial Sana.
La oposición en Siria, en tanto, "tildó a la misión de ser una farsa que solo sirve para desviar la atención del mundo de las fuerzas de Assad que matan civiles", según el diario estadounidense The New York Times.
El Departamento de Estado norteamericano también reaccionó a la decisión de la ONU y reiteró que mantiene "conversaciones" con socios internacionales sobre los próximos pasos hacia una "transición política" en Siria. Se trata, dijo, de una alternativa que puede "evitar una guerra civil", consignó la agencia Ansa. Paralelamente, el ministro de Exteriores británico, William Hague, culpó a Assad por el incrementó de la violencia y lamentó la suspensión de la misión.