Sean hechos aislados o no, los dolores en una rodilla y la sorpresiva intervención quirúrgica a la que fue sometido Hugo Chávez en Cuba, sumado al relativamente largo posoperatorio en La Habana y al hecho de que hasta ayer no haya aparecido en público, no han hecho otra cosa que sembrar dudas sobre la salud del gobernante venezolano. Eso, a pesar de que la condición de Chávez no haya sido declarada como secreto de Estado -como sí ocurrió con Fidel Castro, en 2006- y que la respuesta del gobierno en Caracas no haya sido imponer un muro de silencio.
La última crisis en la salud del presidente de Venezuela se produjo, según la versión oficial, la mañana del viernes pasado. O al menos ese día el mandatario venezolano fue llevado a pabellón.
Hugo Chávez había llegado el miércoles a La Habana, como parte de una gira por Brasil, Ecuador y Cuba. Un recorrido inicialmente programado para mayo, pero que fue cancelado por una "vieja lesión" en una rodilla, por la que el gobernante debió guardar reposo y usar muletas por tres semanas.
Ya embarcado en su viaje, Chávez comenzó a tener dolores abdominales, los cuales se incrementaron al llegar a Cuba, explicó el canciller venezolano Nicolás Maduro. Así, fue intervenido por un absceso pélvico -siempre según la versión oficial-, una acumulación de pus que suele producirse por una infección bacteriana.
Maduro dijo entonces que la operación se llevó a cabo en La Habana, porque había que actuar "lo más rápido posible", por ser una "región (del cuerpo) delicada" y donde se "podía generar una infección severa". Si bien la operación se habría realizado en la mañana del viernes, no fue hasta la noche de ese día cuando se informó públicamente.
Con una llamada telefónica a la cadena Telesur, la tarde del domingo, Hugo Chávez intentó acallar parte de los rumores que circulaban hasta ese momento. Dijo que la operación había sido "muy exitosa" y que el examen posterior no mostró la presencia de células cancerígenas. "Me han hecho biopsias, estudios, microbiología, distintos laboratorios y no hay ninguna señal maligna ahí", declaró. De todas formas, adelantó que guardaría reposo, porque "es una lesión sensible. No hay que apresurarse de ninguna manera".
Pese a todas las explicaciones, el hecho de que no aparezcan imágenes de Chávez dio paso en Venezuela a nuevas interrogantes sobre el real estado de su salud. Unas dudas que aumentaron el martes, cuando la Asamblea Nacional (Legislativo), con mayoría oficialista, junto con rechazar una moción opositora para relevar temporalmente a Chávez de sus funciones en vista de su ausencia, declaró que el presidente "está plenamente autorizado para mantenerse en la República de Cuba como consecuencia de la situación de salud sobrevenida, hasta que se encuentre en condiciones de retornar a Venezuela". Una comunicación que deja la puerta abierta para una permanencia más extensa que "unos días" de Chávez en la isla y que desató la molestia opositora. "Venezuela es una nación humillada, ya sea porque es gobernada por Chávez desde Cuba o por Fidel Castro", dijo la líder opositora María Corina Machado.