CON el objetivo de utilizar a Chile como plataforma para el resto de América Latina, el islandés Gudjon Mar Gudjonsson hizo sus maletas y se trasladó a Santiago, para expandir una empresa que ya le estaba dando buenos resultados en Escandinavia. Dentro de poco, dice, va a lanzar al mercado un servicio de televisión personalizada, para ver programas de canales abiertos y pagados desde cualquier lugar y a través, incluso, de un teléfono.

El servicio, explica, se parece a lo que hoy ofrece Netflix, aunque aplicado a programas de la parrilla actual de un canal, no sólo películas o series. Asimismo, le permitirá al usuario almacenar sus contenidos favoritos al modo que las aplicaciones Spotify y Deezer lo hacen con la música.

La empresa se llama OZ, una plataforma que, cuando esté operativa, potencialmente permitiría ver programación televisiva de todo el mundo, previamente que OZ tenga acuerdos de distribución de ese contenido con sus dueños.

El proyecto partió en 2009 en Islandia, fundado por Gudjonsson, de 42 años, quien cumple con el estereotipo del emprendedor de Silicon Valley: empezó a desarrollar softwares a los 13 años; creó su primera empresa a los 17, la que vendió a la finlandesa Nokia, y abandonó la universidad, tras un breve paso por ingeniería, para irse a trabajar a Silicon Valley.

En la última década y media, Gudjonsson ha fundado siete empresas; una de ellas se abrió en Bolsa dos años después de nacer y, otra, OZ, actualmente tiene como clientela al 10% de los hogares de Islandia.

El principal inversionista en la compañía, en tanto, es el también islandés Jon von Tetzchner. Este es el fundador del motor de búsqueda Opera, que actualmente cuenta con 200 millones de usuarios y un valor de mercado de US$ 1.500 millones.

La siguiente etapa para OZ es crecer. Mientras la empresa prepara su entrada en Europa oriental, empezando por Polonia, "el directorio de la compañía decidió que el primer mercado importante al que debemos entrar es Chile", dice Gudjonsson.

"Decidimos irnos del mercado escandinavo, porque está muy fragmentado. Incluso, los suecos con los daneses tienen que hablar en inglés", explica el ejecutivo.

En Latinoamérica, esa barrera idiomática no está presente, destaca, a excepción de Brasil, país para el que no tienen planes inmediatos.

La idea de Gudjonsson y sus socios es conocer el mercado latino y usar esa experiencia para penetrar seguidamente el mercado de 69 millones de hispanoparlantes de Estados Unidos.

Pero por ahora, "Chile va a ser la matriz de nuestras operaciones en América Latina, una plataforma", añade el emprendedor.

"Hicimos varios análisis y sentimos que, de todos los países sudamericanos, Chile está en la punta de la lista en términos de confiabilidad y esquema legal. Estamos apostando por su estabilidad".

Aunque Gudjonsson es renuente a hablar de dinero, admite que OZ no es rentable aún.

"Pero eso no es prioritario", explica, puesto que "nuestro foco en esta etapa es la expansión a nuevos mercados más que en una rentabilidad de corto plazo, esa es nuestra estrategia", afirma.

Con oficina en Vitacura, el ejecutivo está poniendo la empresa en marcha con la ayuda de Asset Chile, armando un equipo de gente local para el data center y negociando con canales para distribuir su producto.

Al hablar de la reforma tributaria, de hecho, el ánimo no le cambia.

En Chile, la tasa de impuestos a las empresas de 20% es igual al impuesto plano que tiene Islandia, y con la reforma tributaria quedaría en 25%.

"Estamos conscientes de este debate y esperamos que pase lo mejor", dice, únicamente.

"Cuando tomamos la decisión de instalarnos en Chile -agrega- quedamos impresionados con el esquema tributario del país y con la mentalidad emprendedora del gobierno, y sólo espero que todo el know how que Chile ha acumulado en los últimos 10 años, en términos de la importancia de la innovación, quede amparado ante eventos futuros".

El producto

Lo que la aplicación permitirá en particular es que "un usuario va a poder personalizar el producto con las series y películas que más le gustan, con las noticias que más ve, qué canales prefiere, y cuando llegue a su casa en la noche va a poder verlos en cualquiera de sus aparatos", explica Gudjonsson.

A pesar de que hay productos en el mercado, como ESPN Go o HBO Go, que permiten ver sus programas desde cualquier aparato con acceso a internet, "cada uno de estos canales tiene su propia aplicación, lo que transforma todo en una selva", dice Gudjonsson.

Asimismo, el contenido obtenido por el usuario es suyo, para verlo indefinidamente en el futuro. Hay alternativas en el mercado, como en iTunes, que funcionan arrendando el contenido por 48 horas, período tras el cual el usuario pierde el derecho a ver el material.

Luego, la forma de operar de OZ es la de establecer un puente entre los canales y la audiencia, distribuyendo sus programas, lo que desde luego se ejecuta desde la nube. El sistema permite que cada vez que un usuario vea un programa, el canal reciba un pago por parte de OZ, de esta forma se añade una fuente de ingresos a los canales.

Eso fue lo que llevó al canal Sony a contratar con OZ la distribución de todo su material para la operación en Polonia. Lo mismo hicieron los canales locales. En Chile, Gudjonsson se está dedicando a negociar los términos de alianzas similares con operadores de TV abierta y cable.

El costo de este servicio, dice Gudjonsson, es de US$ 8 al mes, aunque hay una versión gratis de oferta de contenidos limitada y hay "paquetes", por ejemplo, de deportes, con valores que varían.

Con las versiones premium es posible "saltarse" los avisos publicitarios, aunque el sistema, al conocer las preferencias de los usuarios, en el corto plazo permitiría diseñar campañas publicitarias personalizadas, de acuerdo con sus intereses individuales.