Después de un año en Canal 13 Pablo Mackenna vuelve a Mega, el canal donde empezó su carrera televisiva. El ex panelista de Caiga quien caiga firmó contrato por un año con la estación privada, donde su primer programa será la nueva temporada de La liga, que ya animó en su primer ciclo, en 2007.
"La gente de Mega se ha portado increíble conmigo, y siempre me dejaron claro que las puertas estaban abiertas para que yo pudiera volver a trabajar acá", explica Mackenna sobre su cambio de estación televisiva. Agregando que "lo bueno de todo esto es volver a trabajar con los amigos, con un equipo que conozco y eso me tiene contento", refiriéndose a la productora Cuatro Cabezas, que efectúa La liga y trabajó con él en CQC.
El rostro de la pantalla chica y poeta terminó su acuerdo con la estación católica a fines de diciembre. Amigos de Mackenna cuentan que los acercamientos con Mega comenzaron tiempo antes de esa fecha. Sin embargo, se empezaron a concretar cuando el rostro que participó en el reality 1810 y el espacio Primera persona en el canal universitario vio que no había proyectos definidos para él en la señal universitaria. Las mismas fuentes comentan que en algún momento se barajó la idea de que en abril pudiera hacer un programa en UC-TV. Sin embargo, esa iniciativa se fue diluyendo.
Mackenna alcanzó a estar una semana sin contrato televisivo. Ayer firmó por Mega y adelanta sobre la próxima temporada de La liga, donde participa, que "será una liga distintas a todas las anteriores, y la idea es darle un giro entero al proyecto". Pero esta vez no compartirá roles con sus antiguos camaradas en ese espacio -como Rafael Cavada o Javiera Contador- ya que ahora el plan es que el animador sea el único anfitrión de la apuesta de tono vivencial, y en algunos capítulos podría estar acompañado de una figura femenina. Además, se planea que realice un par de proyectos más aún por definir.
Y consultado por cómo evalúa su labor en la estación universitaria, Mackenna responde: "De Canal 13 tengo buenos recuerdos de los equipos con los que trabajé, aunque para arriba sea un desastre. Creo que tiene buenos soldados y muchos capitanes, pero nadie sabe quién está a la cabeza. Es un canal muy grande, pero uno nunca sabe para dónde va el buque, ni con quién hablar".