Aunque nuestro idioma dispone de varias acepciones, algunas muy claras y precisas, la palabra inglesa "impeachment" parece tener un encanto especial -un aura de cultura política- que le ha permitido ocupar espacios destacados en las páginas de los diarios. Se trata de una figura del derecho en Gran Bretaña, Estados Unidos y otros países anglosajones, que permite encausar a personas que desempeñan altos cargos políticos con el fin de conseguir su destitución. Algunos medios también emplean la palabra "impeachment" como sinónimo de destitución, pero este uso es inapropiado porque el proceso no se resuelve siempre con ella.

Días atrás, el presidente de la Cámara de Diputados de Brasil anunció la apertura de un proceso de destitución contra la presidenta Dilma Rousseff y muchos diarios, en todo el ámbito hispanoparlante, titularon con el "impeachment" de Rousseff. La Tercera, el 4 de diciembre, presenta un título interrogativo: "¿Tendrá futuro el impeachment contra Dilma?". Varios lectores señalan que se trata de un extranjerismo innecesario.

La palabra, desde luego, no figura en el diccionario académico ni en sus ediciones anteriores. La fundación del Español Urgente, que se ocupa del buen uso del español en los diarios, abre un abanico de posibilidades para sustituir "impeachment", como proceso o procedimiento de destitución, juicio político, o juicio de desafuero, siempre en función del ordenamiento jurídico de cada país.

Pero, si a pesar de todo ello se opta por la voz inglesa, existen recursos para indicar que es un anglicismo, como ponerla entre comillas o con letras cursivas.

Sobre Paco de Lucía

"La desprolijidad puede llegar a ser infinita", asegura el lector Samuel Barros, en referencia al artículo "Paco, el hijo de Lucía", publicado el lunes 7 de diciembre. Indica que "la lectura al pie de la fotografía es incomprensible".

Un descuido evidente y molesto. Los textos al pie de una imagen deben aportar al conjunto de la información. En este caso, sólo se publicaron signos indescifrables y, lo peor, es que éstos dejan al descubierto que nadie reparó en ellos.

El crucigrama, otra vez

El lector Patricio Riquelme escribe: "Los aficionados a los crucigramas estamos acostumbrados a continuos errores cometidos por el autor del 'puzzle' que se publica en la penúltima página de La Tercera. Sin embargo, el sábado 14 de noviembre se llegó al colmo, porque incluso estaba mal diagramado y ello hace que sea prácticamente imposible resolverlo".

Un crucigrama (pasatiempo que consiste en llenar los espacios de un dibujo con letras, de manera que, leídas en sentido horizontal y vertical, formen determinadas palabras cuyo significado se sugiere) o "puzle" (que nuestro diccionario académico acoge con una letra zeta), son en sus distintas construcciones gráficas ejercicios de habilidades y conocimientos que contribuyen a enriquecer el vocabulario, y producen satisfacción personal en quienes los completan. Los errores más frecuentes son de ortografía y de definición de términos, pero unos y otros producen desencanto porque impiden el cruce de las palabras. Como en cualquier información del diario, también el autor del puzle debe verificar que su trabajo no contenga errores.

Ricardo Hepp
Representante del Lector