Señor director:
Se confunde el cronista, ayer en la sección La Mirada, al creer que existe todavía el fastuoso palacio Concha-Cazotte, donde el 15 de octubre de 1912 se realizara el baile de máscaras más rutilante de nuestra historia. El palacio, visible desde la Alameda, era un extravagante pabellón de estilo morisco de 3.500 m2, todo cubierto de oro y mármol, repleto de vitreaux y obras de arte, rodeado de un extenso parque con laguna que fue loteado en 1920 para dar paso al actual barrio Concha y Toro. El palacio, que quedó por un tiempo oculto tras el entonces flamante Teatro Carrera, fue demolido en 1933. Si existiera hoy, sería uno de los edificios más memorables de la capital.
Sebastián Gray
Arquitecto