La fuerte lluvia de la mañana paró poco antes de que el Papa Benedicto XVI se asomara por el balcón de la Basílica de San Pedro, logrando que los paraguas de diversos colores se cerraran por algunos minutos y miles de personas pudieran oír la tradicional bendición Urbi et Orbi -que significa a la ciudad de Roma y al mundo-, que todos los años el Pontífice dirige a los fieles en Navidad y que este año fue pronunciada en 65 lenguas.

En su mensaje aprovechó para refirirse a parte de los conflictos que sacuden al mundo. "Que la luz de la Navidad resplandezca de nuevo en aquella tierra donde Jesús nació e inspire a israelíes y palestinos a buscar una convivencia justa y pacífica", dijo en relación al conflicto en esa zona de Medio Oriente. Además, el líder máximo de la Iglesia Católica se refirió a las comunidades cristianas en Irak, a quienes envió aliento y esperanza para el futuro.

El Papa llamó, también, a los cristianos a colaborar por el bien común, a no olvidarse del servicio al prójimo y a la lucha pacífica por la justicia.

Al hacer mención a Latinoamérica, recordó a Haití, cuyos habitantes aún sufren las consecuencias del terremoto que los sacudió en enero de este año y de la reciente epidemia de cólera. Además, pidió que no se olvide a las personas que han sufrido desastres naturales en otras partes de la región, como Colombia, Venezuela, Guatemala y Costa Rica. Respecto de este último país, también se refirió al conflicto limítrofe que tiene con Nicaragua, donde llamó a impulsar el diálogo.

Mención a China

Por otro lado y pese a que desde Beijing llegó la información de que habían censurado la emisión del mensaje navideño del Papa -que estaba siendo transmitido en ese país por la BBC-, el Obispo de Roma también hizo referencia a China, exhortando a los fieles cristianos de ese lugar a no perder la fe frente a las limitaciones y alentando a los líderes religiosos a trabajar por el respeto de la libertad de culto. "La celebración del nacimiento del Redentor refuerza el espíritu de fe, de paciencia y de coraje en los fieles de la Iglesia en China continental, para que no pierdan el ánimo frente a las limitaciones a su libertad de religión y de conciencia", insistió.

Por último, Benedicto XVI manifestó a sus deseos para los "romanos y los italianos", haciendo un llamado a los responsables del país europeo para que cada elección y decisión que adopten sea siempre por el bien común: "En este día, iluminado por la esperanza evangélica que proviene de la humilde gruta de Belén, espero de corazón el don de la alegría en Navidad y de la paz para cada habitante de la amada Italia: para los niños y ancianos, para los jóvenes y las familias".

Sobre Africa, el Pontífice solicitó que sea posible una paz duradera para Somalía, Darfur y Costa de Marfil. Por su parte, en Asia, llamó a que en Pakistán y Afganistán exista seguridad y respeto a los derechos humanos, mientras que en relación a la división de Corea del Norte y Corea del Sur, pidió la reconciliación.