Abiertamente, a través de los sitios de internet que compran y venden productos. Esta fue la forma en que una mujer de 30 años ofertaba morfina, a un valor de $ 15 mil cada ampolla de 10 mg, en formato de soluciones inyectables.

Un trabajo de la Brigada Antinarcóticos (Briant) Metropolitana Sur de la PDI, en conjunto a la Fiscalía Sur, llevó a la detención de esta mujer la tarde del martes. Ahora, el foco de la investigación está puesto en determinar la forma en que obtenía este producto, que sólo se puede transar por órdenes de tratamientos médicos.

El público comprador ya está relativamente establecido: personas adictas a este producto y ligados, en su mayoría, a actividades físicas extremas, donde los analgésicos tradicionales ya no surten efecto.

El fiscal regional de la Fiscalía Sur, Raúl Guzmán, indicó que se incautaron "169 dosis de morfina, con un valor de mercado aproximado de $ 1.600.000 en total. Esto se enmarca dentro de un trabajo que lleva la fiscalía con sustancias que no son cocaína ni marihuana, pero que también están prohibidas su comercialización".

Estudio policial

La detención de esta mujer, quien indicó ser comerciante, se logró tras un patrulleo virtual que hace la PDI en sitios de compraventa en internet.

El comisario Mauro Mercado, jefe de la Briant Sur, indicó que "la unidad inició un estudio exploratorio, en conjunto a la Fiscalía de Puente Alto. En este estudio de las plataformas digitales logramos obtener información de una mujer de 30 años de edad, que ofertaba abiertamente una cantidad importante de este producto".

Tras acercarse a la mujer y establecer que la oferta era real, los policías procedieron a la detención.

Fuentes de la investigación indicaron que la mujer llegó a tener en su poder más de 550 ampollas de morfina, pero habría vendido la mayor parte de este producto.

Incluso hoy, en sitios de internet, se ofrecen estos productos a la venta. Desde la policía se indica que esto ocurre porque en muchas ocasiones las personas desconocen que se trata de una sustancia controlada y que su venta directa equivale a un tráfico de drogas.

El fiscal del caso, Omar Mérida, indicó que "la morfina es una sustancia controlada por la Ley 20.000 (de drogas). Está prescrita para patologías determinadas y sólo puede ser usada bajo prescripción médica. Si esta deja de ser necesaria, los remanentes deben ser puestos a disposición de la autoridad respectiva o donarla a instituciones que tratan enfermedades específicas".

Mérida agregó que "ninguna transferencia puede hacerse de esta sustancia, pues corresponde al delito de tráfico".

Desde el año pasado, la PDI ha enfocado parte de su trabajo en establecer quiénes son los vendedores de esta droga en Chile. De esta forma, en octubre de 2013 los detectives detuvieron al fisicoculturista Christian Lobarede, por ser el presunto proveedor de morfina de otras personas que realizaban su misma actividad física.

Esta red habría obtenido las ampollas en los consultorios, al indicar que eran representantes de entidades que trataban con enfermos terminales y que necesitaban la morfina para los tratamientos paliativos de los dolores.