El ensayista y fiero polemista británico Christopher Hitchens lleva ya cerca de seis meses enfrentando un avanzado cáncer de esófago en nivel 4 (no existe el nivel 5), pero aún tiene ánimo para debatir. Hace poco fue a ver la película más premiada de la temporada, El discurso del rey, y dice haber hallado tantas falsificaciones históricas que decidió escribir una larga columna. En el artículo, reproducido ayer en el periódico inglés The Guardian, Hitchens plantea que el filme nominado a 12 premios Oscar comete la burda inexactitud de presentar al rey Jorge VI como un decidido antinazi cuando en realidad no lo era y de glorificar baratamente a Winston Churchill.

El trabajo del director inglés Tom Hooper, que postula también a 14 galardones BAFTA (los Oscar británicos), registra la historia del rey Jorge VI de Inglaterra, un hombre tímido y tartamudo que asumió el cargo casi de urgencia ante la abdicación de su hermano mayor, el monarca Eduardo VIII. Los actores Colin Firth y Geoffrey Rush dan vida al rey y a su terapeuta australiano en este drama donde se muestra en paralelo la superación de la tartamudez de Jorge VI y el inicio de la Segunda Guerra Mundial.

Fue durante el reinado de este monarca taciturno que Inglaterra se las tuvo que ver con la consolidación de Hitler en Alemania. De acuerdo a la película Jorge VI tuvo una heroica y patriótica conducta en el conflicto. En alianza con el primer ministro Winston Churchill (caracterizado por Timothy Spall), el rey alentó al pueblo británico a resistir al enemigo. Tras haber sido un tartamudo casi terminal, Jorge VI logró articular entusiastas y motivadores discursos desde la radio.

El discurso del rey se estrena en Chile el 17 de febrero y los principales medios estadounidenses la consideran la candidata a quedarse con la mayoría de los premios.

El periodista Christopher Hitchens, conocido por sus contribuciones a Vanity Fair y The Atlantic, concede que en términos formales El discurso del rey es una "película extremadamente bien hecha, con una seductora trama de interés humano". Sin embargo, agrega, "perpetra una flagrante falsificación" y la caracterización de Churchill por Timothy Spall ("una imitación deplorable") es una "estrafalaria reescritura de la historia".

Hitchens dice que la película habla de la consistente amistad entre el primer ministro y Jorge VI, pero evade presentar la relación entre Churchill y Eduardo VIII, el hermano mayor y antecesor del monarca tartamudo. "Churchill tuvo una gran anistad con este presuntuoso rey simpatizante de Hitler. Y permitió que su firme lazo con Eduardo VIII le hiciera un gran daño a la coalición de fuerzas que se oponían al nazismo", expone el autor. "Incluso William Manchester, el historiador estadounidense que más ha ensalzado a Churchill, no puede estar de parte de su héroe durante un capítulo entero de su biografía The last lion".

Sobre el rey Jorge VI, Hitchens también niega que haya sido un aliado indestructible de Churchill. "Jorge VI no quería aceptar la renuncia de Neville Chamberlain, el primer ministro británico que firmó el Tratado de Munich por el cual Alemania se anexó una entera región de Checoeslovaquia en 1938... En sus diarios habla de cómo no se acostumbra a la idea de Churchill como primer ministro".

Una posición tan dura como la de Hitchens es la de la revista estadounidense The New Republic, que califica a la cinta de "moralmente dudosa" al presentar a Eduardo VIII solo como un playboy políticamente inmaduro cuando en realidad fue un "ardiente fascista". El columnista Isaac Chotiner, editor ejecutivo del sitio, critica que el filme muestra erróneamente a Jorge VI "advirtiendo a su hermano sobre los peligros del nazismo" cuando en realidad el monarca tuvo simpatías pro-germanas y bastante tarde comprendió qué tipo de gobernante era Hitler.