Temprano en la mañana de ayer, el presidente del Partido Revolucionario Institucional (PRI), Pedro Joaquín Coldwell, acudió a su centro de votación en el Distrito Federal. Pero en vez de hacer la fila se coló y, en respuesta a esa acción, el resto de los votantes le gritó todo tipo de insultos. Sin quererlo, el dirigente reveló uno de los flancos más débiles del partido que gobernó durante 71 años (1929-2000): su estilo autoritario. Ese fantasma es el que quiere dejar atrás Enrique Peña Nieto, la nueva cara del priismo, que se impuso anoche con holgura en las elecciones presidenciales, que marcan el regreso del PRI al Ejecutivo, tras 12 años de administraciones del centroderechista Partido Acción Nacional (PAN).
El presidente del Instituto Federal Electoral (IFE), Leonardo Valdés, confirmó la victoria de Peña Nieto a través de un conteo rápido oficial, realizado por un comité de expertos.
El funcionario explicó que, de acuerdo a esta muestra, que tiene un margen de error de medio punto porcentual, Peña Nieto obtendría entre un 37,93% y un 38,55% de los sufragios.
Le sigue el candidato centroizquierdista Andrés López Obrador, que sumaría entre un 30,90% y un 31,86% de los votos. Mucho más atrás quedó la oficialista Josefina Vázquez Mota, con 25,1% a 26,03%.
Antes de conocidos estos resultados y sólo con las tendencias que marcaban las encuestas a boca de urna, Vázquez Mota reconoció su derrota.
López Obrador, por el contrario, se dirigió a sus simpatizantes tras las cifras oficiales, asegurando que en su campaña manejaban guarismos distintos a los entregados, por lo que "la postura que asumo es la de esperar los resultados definitivos. Vamos a esperar que se cuenten las actas".
Todavía no está dicha la última palabra", añadió, para recalcar que durante el proceso "no hubo la equidad que establece la Constitución", por el "uso de dinero a raudales" por parte de sus rivales políticos y la "falta de equidad también en los medios de comunicación".
Pocos minutos después, Peña Nieto, quien recibió anoche el llamado de felicitación del Presidente chileno Sebastián Piñera, se dio por ganador de la contienda electoral, asumiendo "con emoción y plena responsabilidad el mandato que se me ha dado" y valorando como "una nueva oportunidad para gobernar" para el PRI la confianza del electorado.
Los analistas mexicanos calificaron de histórico el triunfo del PRI y advirtieron que el futuro mandatario, conocido como el "Kennedy mexicano", tendrá como principal desafío la guerra que inició el Presidente Felipe Calderón contra los narcos. La mayoría de la población rechaza los 60 mil muertos que ha dejado la guerra contra los carteles, por lo que se piensa que el PRI puede crear un clima de tranquilidad. "Los priistas son vistos como corruptos, pero no como unos idiotas para administrar", dijo a La Tercera el analista mexicano Lorenzo Meyer.
Las elecciones transcurrieron en medio de un fuerte despliegue de seguridad y sin mayores alteraciones, excepto por algunas denuncias de irregularidades menores y por los abucheos que recibió Peña Nieto al emitir su voto en Atlacomulco, en el estado de México.
En el DF, los electores debieron esquivar la lluvia que se dejó caer justo a la hora de la final de la Eurocopa, de la que no pocos estaban preocupados.
Además del presidente, fueron elegidos 128 senadores, 500 diputados federales, seis gobernadores, un jefe de gobierno (DF) y 876 alcaldías.