La ciudad de Joplin, en el estado de Missouri, amaneció ayer devastada tras el paso, el domingo en la noche, del tornado más mortífero que haya azotado a Estados Unidos desde 1947 y que dejó a su paso, al menos, 116 fallecidos y cientos de heridos.

Durante el fin de semana, un frente de tormentas y tornados asoló varios estados del medio oeste y centro estadounidense, como Missouri, Kansas, Oklahoma y Wisconsin. Pero el tornado más devastador fue el que sufrió la ciudad de Joplin, de unos 50 mil habitantes. A su paso por el casco urbano dejó una franja de destrucción de nueve kilómetros de largo y uno de ancho.

Las escalofriantes imágenes que se mostraban en la televisión daban cuenta de la devastación que sufrió Joplin, donde quedaron destruidas iglesias, escuelas, negocios y residencias. Los puestos de primeros auxilios y los albergues en la ciudad quedaron casi inmediatamente repletos de damnificados, por lo que se habilitaron otros edificios públicos, como el recinto de espectáculos Memorial Hall, hacia donde se desplazaron enfermeras y personal de emergencia de toda la región, para atender a personas con heridas graves.

El administrador municipal de Joplin, Mark Rohr, en una conferencia de prensa, informó que la cifra de víctimas mortales podía aumentar, pues todavía no se ha retirado la mayoría de los escombros. En tanto, el jefe de Bomberos Mitch Randles calculó que los daños afectaron a casi el 30% de la ciudad, ubicada a unos 255 kilómetros al sur de Kansas City.

Ante esta situación, el Presidente de Estados Unidos, Barack Obama, anunció ayer el envío a Missouri del director de la Agencia para la Gestión de Desastres (FEMA), Craig Fugate, para facilitar la máxima ayuda a los afectados.

Por su parte, el gobernador de Missouri, Jay Nixon, ordenó la movilización de unidades de la Guardia Nacional de ese estado para las labores de socorro, señalando que "la situación es muy precaria y hay incendios alimentados por los escapes de gas en varias partes de la ciudad".

No obstante, la cadena de tornados afectó también a localidades de otros estados. En la ciudad de Minneapolis (Minnesota), los tornados causaron la muerte de una persona, además del cierre de carreteras y autovías, por la caída de árboles y tendidos eléctricos. Además, originaron fugas de gas y desplomaron viviendas. En Wisconsin, la alcaldía de La Crosse declaró el domingo la situación de emergencia, después de que una fuerte tormenta arrancara techos de las casas y cubriera calles y jardines con árboles derribados y escombros. En Norman, Oklahoma, las autoridades señalaron que aún persisten las condiciones de inestabilidad que preceden a los sistemas de tormentas estacionales, y advirtieron que pueden ocurrir tornados en ese estado y el sur de Kansas.

Esta situación se suma a lo ocurrido el 27 de abril pasado, cuando 340 personas murieron en una serie de 150 tornados que azotaron el sur de EE.UU. Sólo en Alabama fallecieron casi 250 personas.