El impacto por las pérdidas comerciales de JPMorgan Chase barrió ayer con billones de dólares del mercado de capitalización bursátil, a la vez que intensificó la presión política sobre los reguladores, para que tomen medidas drásticas en el manejo del riesgo asumido por los grupos financieros. Las acciones del JPMorgan cayeron sobre 8%, afectando a US$ 1.000 millones del valor patrimonial acumulado por el banco y arrastrando a la baja a Citigroup, Morgan Stanley y Goldman Sachs. Los inversionistas prevén que el impacto se extenderá a otras instituciones.

Mary Schapiro, presidenta de la Comisión del Mercado de Valores de EEUU, dijo que los reguladores estudiaban las revelaciones de JPMorgan respecto de sus pérdidas por US$ 200 millones, en operaciones de derivados en su oficina de inversiones.

Los operadores plantean que los movimientos en los índices derivados estarían vinculados a las posiciones de JPMorgan, indicando que el banco podría estar perdiendo más dinero.

Según entendidos en el tema, las posiciones tomadas por Bruno Iksil -un operador apodado "la ballena de Londres" o "Voldemort" por sus gigantescas posiciones en el índice de derivados de crédito- están implicadas en las pérdidas. Jamie Dimon, presidente ejecutivo del JPMorgan, dijo que las pérdidas estaban de alguna manera ligadas a esas operaciones, que en un primer momento se habían visto solo como "una tempestad en un vaso de agua". Los ejecutivos de los bancos competidores expresaron privadamente su preocupación respecto de que las normas comerciales puedan ser endurecidas como secuela de las revelaciones de JPMorgan. Los reguladores ultiman la llamada "norma Volcker", diseñada para prohibir a los bancos el comercio de propiedad, pero dirigentes electos presionaron ayer para asegurar que la supuesta "precaución" hacia JPMorgan sea acompañada de restricciones expansivas.

JPMorgan se ha negado a entregar el detalle de cómo fracasó su estrategia comercial porque aún retiene algunas de las posiciones deficitarias y teme que sus competidores especulen con ellas, lo que potencialmente aumentaría sus pérdidas. Los fondos de cobertura que se negociaban por las posiciones de JPMorgan indicaban que las estimaciones del banco respecto de que sacaría US$ 100 millones por la operación era demasiado optimista, y resultaría un múltiplo de aquella cifra. "La posición puede haber comenzado como una cobertura, y puede haber sido justificada como un cobertura, pero se trataría de una cobertura muy pobre", dijo un funcionario.