Sólo 20 minutos estuvieron reunidos ayer en La Moneda los representantes del gobierno y de la próxima administración encargados del traspaso de mando. Al inicio de la cita -encabezada por el ministro Edmundo Pérez Yoma y el próximo titular de la cartera, Rodrigo Hinzpeter- hubo bromas por el pendrive entregado por Sebastián Piñera a los miembros de su gabinete y Pérez Yoma felicitó a los representantes del próximo gobierno por el acto del martes.
Uno de los objetivos de la cita era sellar el calendario actualizado de reuniones que sostendrán los ministros salientes con sus sucesores.
En las últimas semanas había circulado un programa tentativo fijado por Pérez Yoma, que a regañadientes había sido asumido por algunos secretarios de Estado, según informaron fuentes de gobierno. Incluso, algunos optaron por no ajustarse al calendario y readaptaron las citas.
Uno de ellos fue el ministro de Defensa, Francisco Vidal, quien pese a que le habían propuesto reunirse el viernes con Jaime Ravinet, finalmente lo recibirá hoy a las 11.00, en el edificio Zenteno.
Consultado ayer Sergio Bitar, evitó confirmar la fecha del encuentro con Hernán de Solminihac, pese a que en el cronograma figura para la próxima semana.
Fuentes de gobierno señalaron que la rigidez del traspaso está incomodando a varios. Algunas voces en el Ejecutivo lo atribuyen a un ánimo caldeado en sectores del gobierno, que tienen discrepancias por la pasividad de Palacio en los últimos días ante ofensivas mediáticas de Piñera.
A la reunión de ayer asistieron el jefe de gabinete de la Presidenta, Rodrigo Peñailillo, y su par piñerista, Ignacio Rivadeneira, quienes se reunieron en el segundo piso de Palacio. Por otra parte, al finalizar la cita, Pérez Yoma y Hinzpeter se mantuvieron reunidos una hora, tiempo que el ministro saliente aprovechó para hacerle un recorrido por el lugar donde murió Allende y por las instalaciones del ministerio, que a partir del 11 de marzo serán sus oficinas.