Perú está mirando a Chile en el terreno minero. La nación vecina, el principal competidor del país en el mercado del cobre, decidió seguir el camino de Chile y optó por incrementar los impuestos que aplica a la industria, para elevar el aporte del sector en la recaudación fiscal.
Hace unos días, el gobierno de Ollanta Humala anunció el cierre de un acuerdo con las empresas mineras que operan en Perú. Las firmas accedieron a pagar nuevos gravámenes que permitirán al Fisco peruano recaudar unos US$ 5.454 millones en cinco años (unos US$ 1.090 millones anuales), según prevé la autoridad. Un nivel similar al que pagan en Chile las mineras: en 2010 cancelaron al Fisco US$ 1.109 millones por concepto de royalty.
El tema es relevante para la administración Humala, porque el 40% de los ingresos del Estado proviene de la minería. El año pasado se recaudaron cerca de US$ 646 millones.
El royalty se aplicará a todas las operadoras, aunque hasta ahora se realizaba un aporte voluntario por parte de algunas de ellas. "No era posible aplicar un impuesto a las firmas con contratos de estabilidad, porque eso sería contravenir las normas. Sin embargo, éstas han accedido voluntariamente a contribuir con el país", dice el ministro de Energía y Minas de Perú, Carlos Herrera.
En los próximos días se determinará el mecanismo para la aplicación del nuevo tributo. La arquitectura legal del nuevo sistema de tributación deberá acordarse con los privados. De hecho, el fin de semana las autoridades peruanas tenían previsto reunirse con la Sociedad Nacional de Minería, Petróleo y Energía (SNMPE) para aunar criterios.
Para la elaboración de la propuesta, el gobierno de Humala miró el modelo chileno. En Chile, el royalty minero se aplica en función de las utilidades operacionales de las empresas, mientras que hoy el sector minero peruano está afecto a un impuesto sobre las ventas de las mineras. "La actual estructura tributaria crea una situación injusta, porque castiga más a las que menos ganan y pagan menos las que más utilidades generan", según Herrera. En ese sentido, agrega, el esquema chileno es mejor, "porque no es regresivo. El cambio que estamos impulsando recoge parte de ese modelo, no en la variación de la tasa tributaria, sino en su base impositiva", acota.
Un chileno que tuvo participación en la discusión fue el ex ministro de Hacienda Andrés Velasco. "Conversamos con él, nos expuso sobre la experiencia chilena y nos transmitió el modelo que finalmente acordaron aplicar. Nos pareció interesante. Siempre es valioso mirar la experiencia de otros países", afirma Herrera.
Hoy, el sector minero peruano está afecto a diversas cargas impositivas, entre ellas las regalías de entre 1% y 3% sobre las ventas. La nueva tasa del royalty iría entre el 2% y el 6% de las utilidades, lo que "elevará en tres o cuatro puntos porcentuales la carga total para la minería y ampliará la diferencia con lo que se paga en Chile", admite el titular de Energía y Minas. La autoridad explica que hoy la carga tributaria total para el sector llega al 46%. En Chile, alcanza a una tasa de hasta 42%, explican en el Consejo Minero.
En el sector privado peruano aseguran que la carga efectiva (que incluye impuestos a la renta, el impuesto a los dividendos, la distribución de utilidades a los trabajadores, la regalías y el aporte voluntario) puede llegar hasta el 64% de la renta minera, explican en la SNMPE.
La idea del gobierno es que, tras el cambio, la tributación total a las mineras no supere el 50% de la renta, "para no afectar la posición competitiva del sector", cuenta Herrera.
Una de las premisas que se impuso el gobierno de Humala fue no afectar la competitividad de la industria minera. "Uno de los objetivos es no perder competitividad frente a mercados con los que disputamos el liderazgo, como Chile. Habrá que buscar un balance para que haya un resultado favorable no sólo para el Estado, sino para el país en su conjunto", afirma Pedro Martínez, presidente de la SNMPE.
En el ministerio coinciden. "Con esta modificación quedaremos con una carga fiscal por encima de países como Chile. Incluso, aumentamos la brecha, pero al gravar ahora las utilidades, el cambio tiene mayor racionalidad, porque no es regresivo", agrega Herrera.
En los ámbitos público y privado de Perú aseguran que el nuevo sistema tributario no afectará el programa de inversiones por más de US$ 42 mil millones previsto para fines de esta década. "El flujo de inversión va a continuar, porque tenemos el compromiso del gobierno de buscar una fórmula equilibrada", complementa Martínez.
Herrera también asegura que "no va a impactar las inversiones. Independiente de los impuestos que se pagan, lo que les interesa a los inversionistas es la rentabilidad de los proyectos". Perú tiene otras ventajas que compensan los mayores tributos, aseguran en ese país. Mencionan los menores costos de energía, los mayores recursos hídricos y la mano de obra más barata.
En Chile miran con cautela los cambios. "Hay un elemento muy importante que tiene Perú y que no tenemos nosotros, que es el costo de la energía, tres veces más barato allá, y en algún momento puede ser un factor decisivo para un inversionista", a juicio de Marcelo Awad, presidente ejecutivo de Antofagasta Minerals. Chile, añade, tiene un plus: "Una tradición minera mayor que la de Perú, tranquilidad social y política y una institucionalidad que da garantías". Coincide Fernando Porcile, ex presidente ejecutivo de Collahuasi y director de Codelco. "Chile ha ido perdiendo atractivo, pero Perú es más inestable".
Para Alberto Salas, presidente de la Sociedad Nacional de Minería, el aumento de impuesto "sin duda le resta competitividad a Perú y podría favorecer a Chile". En esa misma línea, Gerardo Jofré, presidente de Codelco, cree que Chile sacará ventaja. "Cada vez que alguien sube impuestos se hacen más competitivos los demás. Si Perú pone un impuesto, le resulta más conveniente a Chile", dice.
En el Consejo Minero no ven tan claro el efecto beneficioso . El presidente del gremio, Miguel Angel Durán, añade que, aunque los aumentos tributarios influirán sobre la competitividad de Perú, ese país aún tiene una ventaja sobre Chile, "y es que tiene costos (energía, mano de obra, entre otros) inferiores". No cree que se produzca un movimiento de inversión hacia Chile. "Las grandes mineras del mundo ya están acá y Chile siempre ha sido atractivo para invertir, por los recursos mineros que posee", indica.