Tras recibir un llamado del Presidente Sebastián Piñera, la entonces ministra del Sernam, Carolina Schmidt, se trasladó el sábado hasta la casa del Mandatario, en Las Condes.
En la reunión, dicen fuentes de gobierno, el Presidente le pidió asumir en Educación como sucesora de Harald Beyer, quien fue destituido la semana pasada por el Senado.
La decisión fue comunicada el domingo en la noche a los timoneles de la UDI y RN, Patricio Melero y Carlos Larraín, por el titular del Interior, Andrés Chadwick.
Así, la cuarta ministra de Educación de la administración de Piñera juró ayer al mediodía, poniendo fin a un complejo proceso de búsqueda. En el Sernam, en tanto, asumió Loreto Seguel.
Además de las reformas que el Presidente espera sacar en su mandato, La Moneda prevé una fuerte agitación estudiantil. Esto quedó demostrado con la influencia de la Confech en la destitución de Beyer. La agenda de los estudiantes, de hecho, pesó con fuerza a la hora de encontrar al reemplazante de Beyer.
Antes de ofrecer el cargo a Schmidt -explican en La Moneda-, Piñera evalúo nombres de perfil académico, como la historiadora Lucía Santa Cruz y Patricia Matte. Finalmente, dicen las fuentes, primó la necesidad de una figura con un perfil "comunicacional, político y con temple", para hacer frente a las movilizaciones.
Si bien Piñera tuvo como cartas a los titulares de Economía, Pablo Longueira, y del Trabajo, Evelyn Matthei, la balanza se inclinó a favor de Schmidt por la capacidad de diálogo que mostró en la extensión del posnatal. La ministra calzaba, además, con la decisión del Presidente de reducir las hostilidades.
"No es momento de victimizar ni satanizar a ninguna persona y a ningún grupo político. Es el momento de hacer una profunda autocrítica, que todos hagamos una autocrítica. Que establezcamos los mecanismos para avanzar en el diálogo y encontrar los acuerdos", dijo Schmidt.
Según fuentes de gobierno, Beyer -quien siguió la ceremonia en primera fila- recomendó su nombre a Piñera. La Tercera intentó infructuosamente verificar esa versión con el ex ministro.
Desde el Sernam, Schmidt forjó una relación cercana con diputados de la Comisión del Trabajo -como el timonel PS, Osvaldo Andrade- y con un nutrido grupo de parlamentarias, entre ellas, Carolina Goic y Alejandra Sepúlveda.
Aunque su debilidad es no tener mayor conocimiento del Mineduc, en el gobierno le reconocen un carácter metódico para cumplir metas.
En su discurso, Piñera le advirtió a Schmidt que le espera una "agenda muy exigente", que incluye la Agencia de Acreditación, la Superintendencia de Educación Superior y el nuevo sistema único de financiamiento.
El Mandatario reiteró su postura sobre el debate del lucro que abordó el domingo en La Tercera, mostrándose contrario a "la usura", pero también defendió la legítima ganancia de quienes imparten educación de calidad. Tras valorar la gestión de Beyer -a quien ofreció anoche una cena de desagravio en su casa-, Piñera dijo que el gobierno buscará "caminos de diálogo, acuerdo y entendimiento".
Pero minutos antes de la ceremonia, los presidentes de la Fech, Andrés Fielbaum, y de la Feuc, Diego Vela, entre otros, dejaron en La Moneda una carta de los universitarios y secundarios exigiendo el retiro de esos proyectos.
Pese a ser una de las ministras más apreciadas por Piñera, Schmidt no tuvo problemas en criticar al Mandatario cuando hizo una broma sobre los políticos y las mujeres.
Su rol en la negociación por el posnatal transformó a la ex jefa del Sernam en una de las ministras mejor evaluadas. La Adimark de marzo le dio un 71% de aprobación.
Tras estudiar Ingeniería Comercial en la UC, vivió en Inglaterra. En Europa trabajó en el grupo Forus y luego estudió Marketing en la U. de Nueva York. En 2000 fue fichada por el grupo Luksic. Participó en Comunidad Mujer y en el gobierno de Bachelet integró el consejo de la infancia.