La Plaza Mulato Gil de Castro es una especie de remanso dentro del barrio Lastarria. Está ubicada en la calle que da nombre al sector y ocupa el espacio que antes fue el patio de un conjunto de casas de comienzos del siglo pasado. Fue creada en 1982, cuando se remodelaron estos inmuebles y se habilitó una especie de bulevar destinado a la cultura, el arte y la gastronomía. Ahí funcionan el Museo de Artes Visuales, bares y restaurantes.
Desde hace tres décadas, la plaza ha conservado su fisonomía. Sin embargo, el próximo año estrenará una nueva cara. El antiguo edificio donde funcionó el Instituto Chileno Francés de Cultura, en la esquina de Merced con Lastarria, fue comprado en 2011 por los hermanos Marcelo y Juan Pablo Cicali para remodelarlo y convertirlo en la nueva sucursal del restaurante Liguria, el primero en el centro de Santiago.
En su parte trasera, esta casona, construida en 1906 por el arquitecto Alberto Cruz Montt, tiene un edificio de los años 60 que se demolerá para habilitar ahí una nueva plaza, que será parte del restaurante. Sus 150 m2 de superficie se sumarán a los 300 m2 que ya tiene Mulato Gil, ya que ambas se conectarán directamente. "Será una especie de continuación de esta plaza", explica el arquitecto Patricio Rodríguez, quien está a cargo del proyecto y que ha habilitado los tres locales que ya tiene la cadena.
En ese nuevo espacio al aire libre se podría habilitar una terraza o un café, aunque eso sus dueños aún no lo definen. Sí está claro que será una plaza dura y el verde lo aportarán macetas con plantas. Estará lista en septiembre de 2013, cuando se inaugure el nuevo restaurante.
El Chavo del Ocho
"En los años en que se construyó esta casona, este era un barrio residencial. Era armónico, muy francés y de buen gusto", cuenta el arquitecto. La casa de la esquina de Merced con Lastarria es una de las pocas del sector que se mantienen casi intactas: conserva su estilo neoclásico, los tres pisos, los muros de ladrillo y las puertas y ventanas originales.
Por su valor arquitectónico, el inmueble fue declarado de Conservación Histórica y está en medio de una zona típica. Por esa razón, su fachada no puede ser intervenida, sólo restaurada, y cualquier intervención que ahí se realice debe ser autorizada por la Municipalidad de Santiago y el Consejo de Monumentos, que ya dieron su visto bueno al proyecto.
Las mayores intervenciones serán la habilitación de un cuarto piso en la mansarda, que albergará oficinas, y la construcción de un nuevo edificio en el patio trasero de la casa. "Será neutro, y ahí funcionarán la cocina, las bodegas y los camarines", precisa Rodríguez.
Los 2.000 m2 que tendrá este local lo convertirán en el más grande de los Liguria. Tendrá capacidad para 300 personas, las que podrán ingresar por tres accesos: Merced, Lastarria y Plaza Mulato Gil. El bar estará en el primer piso y las mesas se distribuirán en las tres plantas. También habrá un subterráneo, debajo del edificio nuevo, que será una extensión del bar y en el que se podrán realizar eventos y tocatas. Uno de los atractivos del restaurante será un hall interior, ubicado en el centro del restaurante, cuya altura será de 10 metros.
Como es habitual en la cadena, la decoración estará a cargo de Bazar de la Fortuna. "Mantendremos el estilo de los otros locales, en el que conviven las pinturas de Roberto di Girólamo con un afiche del Chavo del Ocho", dice Carola Peña, una de las socias del bazar. "Con este Liguria recuperaremos un lugar con memoria y nos sumaremos a la revaloración del barrio Lastarria", remata Marcelo Cicali.