Dicen que una mujer bonita puede paralizar el tránsito, pero afirmar que provocan un "cortocircuito" en el cerebro de los hombres parece exagerado. Sin embargo, eso es efectivamente lo que ocurre, según explica a La Tercera Richard Ronay, psicólogo de la Universidad de Queensland, en Australia, quien acaba de publicar una investigación que explica por qué los hombres hacen cosas riesgosas cuando están frente a una mujer atractiva.
Para la investigación, el equipo de sicólogos australianos reclutó a 96 jóvenes skaters para que hicieran trucos fáciles y difíciles frente a un público diverso. Cuando estaban frente a otros hombres, sus destrezas eran buenas, pero nunca tan arriesgadas como cuando entre los asistentes había mujeres bonitas. De hecho, varios pusieron en serio riesgo su integridad física.
En el estudio, publicado por la revista Social Psychological and Personality Science, se comprobó que tal comportamiento se relaciona con la testosterona. Los niveles de esta hormona se disparan en el cuerpo masculino con el solo estímulo visual de una chica atractiva.
Pero la hormona no sería la única responsable. Algo pasa también en el cerebro masculino. "Tenemos pruebas y creemos que la corteza prefrontal del cerebro también está involucrada en estas situaciones. Esta región está implicada en la toma de decisiones, ayudando a las personas a equilibrar entre beneficio y pérdida. La presencia de una mujer atractiva provoca un cortocircuito de algún tipo en esta área en el hombre y por eso pierden ese balance," afirma Ronay.
Los sicólogos dicen que un proceso similar ocurre cuando los hombres se ven enfrentados a situaciones de estrés alto o cuando hay conflictos que terminan en un enfrentamiento físico. Sólo que aquí el estímulo es muy distinto.
Parte de la evolución
La respuesta biológica tiene su nexo con la historia evolutiva del hombre, que experimentó, desde sus primeros tiempos, los beneficios adaptativos de conseguir una pareja y asustar a potenciales rivales.
¿Ellas hacen lo mismo? No, dicen tajantes los científicos. Porque al igual que en otras especies, las mujeres no estarían motivadas a asumir riesgos, pues "son ellas las que eligen y ellos los que compiten para ser elegidos. La toma de riesgos es una forma que los hombres tienen para intimidar a los demás y, por supuesto, llamar la atención de ellas", dicen.