Para las 05.00 horas de hoy estaba estimada la llegada del submarino chileno SS Carrera a las costas de Valparaíso. La nave será recibida por el comandante en jefe de las Armada, el almirante Edmundo González, para su saludo protocolar. Posteriormente zarparía a la base naval de Talcahuano, donde está ubicado regularmente junto a otro submarino de clase Scorpene, el O'Higgins.

El SS Carrera llegó a las costas de California en septiembre para, en conjunto con la Armada de Estados Unidos, realizar un programa de entrenamiento denominado DESI, (Iniciativa Submarino Diesel Eléctrico). El programa fue diseñado para intercambiar conocimientos entre ambas fuerzas con respecto a este tipo de nave.

En los ejercicios se pusieron a prueba las capacidades de guerra antisubmarina, a través de tácticas diversas y empleo de tecnología de punta. El entrenamiento ha servido a las Armadas de EE.UU. y Chile para adiestrar a sus tripulaciones y probar capacidades. El DESI se realiza todos los años, pero es la primera vez en la que un submarino chileno de la clase Scorpene -único en Sudamérica- participa. Anteriormente se utilizaban naves de la clase 209 como el Simpson, o similares.

El Scorpene es más rápido, silencioso y ágil, lo que le agrega dificultad a los ejercicios. "Esta es una excelente oportunidad para poder entrenar a las unidades tanto de superficie como submarinas de la Armada Norteamericana. Con la incorporación de este submarino Scorpene, se ha elevado el nivel de exigencia", aseguró el comandante del Escuadrón 11 de Submarinos de la Marina Norteamericana, Comodoro Rich Correll.

"Chile viene participando en esta experiencia hace nueve años", explicó el comandante del Carrera, capitán de fragata Carlos Schnaidt, quien destacó "el alto nivel de exigencia que significa para la tripulación nacional este tipo de actividades". Adicionalmente los tripulantes aprovecharon esta instancia para aprender o mejorar su inglés.

Uno de los entrenamientos, denominado "Chilemar III" simuló un rescate desde el fondo del mar.

En este se debió trasladar a 15 miembros de la tripulación del Carrera a una de las naves de la marina estadounidense. Con un módulo presurizado de rescate se procedió a transferir a los tripulantes a profundidades que resultarían fatales, sin las medidas de protección adecuadas.