Era uno de los estrenos más esperados del año en Estados Unidos y debutó en segundo lugar de las preferencias en las carteleras. Por lo que Prometeo, en su primer fin de semana en las salas norteamericanas logró recaudar U$ 50 millones, siendo sólo superado por Madagascar 3, con U$ 60, 4 millones. Mientras que en Chile, la cinta dirigida por Ridley Scott acumula 104,742 asistentes, quedándose con el tercer lugar, antecedida también por Madagascar 3, que lidera la lista, y Hombres de negro 3 en la segunda posición.
Con el estreno en salas latinoamericanas y europeas de Prometeo, varios de los misterios del año cinematográfico fueron develados. ¿Es una precuela de la saga de Alien? ¿El extraterrestre vuelve a la pantalla? ¿El cameo de Sigourney Weaver como Ripley es real?, son algunas de las preguntas que tuvieron respuesta tras este debut, que ocurrió tres años después de que Ridley Scott anunciara su retorno a la ciencia ficción, a tres décadas de su Blade runner.
Un largo tiempo que se vio invadido por diferentes sitios web que especulaban sobre a qué se refería el director británico con el que su filme "no sería una precuela, pero se ambienta en el mismo universo de Alien" -como lo dijo en la Comic Con de 2011-, y con la extensa campaña de marketing de 20th Century Fox, donde los protagonistas fueron los denominados videos virales que durante meses circularon por internet.
Pero con el estreno de Prometeo no sólo se reveló su trama. También se abrieron las puertas a su génesis, donde un hecho es clave: Scott y el por qué decidió volver al género que lo convirtió en realizador de culto, después de haber incursionado en la comedia (Un buen año) o el suspenso (Gángster americano). En una entrevista con la revista inglesa Empire, el cineasta confidenció que, mientras veía a la llegada a las salas de las diferentes películas que conformarían la saga de Alien, siempre tenía la sensación de que algo faltaba. "Había algo en la primera Alien que nadie se cuestionó. En las siguientes cintas aún no había una exploración a esa gran pregunta", aseguró el británico.
Ese algo, esa gran inquietud, nacía de unos minutos de la película original, cuando el grupo que lidera el capitán Dallas (Tom Skerrit) abandona la nave Nostromo para encontrar una embarcación extraterrestre y los restos de su piloto. "Siempre me pregunté, cuando hicieron los filmes 2, 3 y 4, por qué no habían tocado ese punto. Dejaron de lado la gran pregunta de todas: ¿Quién era ese gran tipo? ¿Hacia dónde iban? ¿Y con qué?", afirmó Scott. Impulsado por esto fue que en julio de 2009, tras varios años de dudas, decidió aceptar la oferta de los estudios Fox -como lo dio a conocer la revista Variety- para dirigir la que hasta el momento se trabajaba como una precuela del filme original y en cuyo guión ya trabajaba Jon Spaihts. El mismo guionista, en conversación con Forbes, aseguró que el "jinete espacial" fue clave en su trabajo, pero que debía hallar la manera de "acercarla a la propia historia humana".
Sin embargo, aún faltaba un nombre clave para construir la historia. En 2009, después de terminar su trabajo en la serie Lost, el escritor y productor Damon Lindelof fue contactado por Scott, quien le hizo llegar una cuarta versión del guión bajo serias medidas de seguridad (el courier esperó afuera mientras lo leía, como develó el propio Lindelof al diario The Guardian), para que le diera su opinión sobre la película. A los pocos días, guionista y director ya trabajaban en una nueva versión de la trama, donde es esencial lo que Scott pudiera llevar a la pantalla, "lo que tuvo en la parte posterior de su cerebro y nunca se fue", como lo definió Lindelof.
Así nació la idea que se ambienta 60 años en el futuro, cuando dos brillantes científicos -Elizabeth Shaw (Noomi Rapace) y Charlie Holloway (Logan Marshall Green)- logran el apoyo de las empresas Weyland para viajar al espacio exterior en busca del origen de la humanidad. Siguiendo un mapa espacial, la arqueóloga y el grupo a bordo de la nave Prometeo, entre los que se cuentan la ejecutiva Meredith Vickers (Charlize Theron) y el androide David (Michael Fassbender), llegan hasta el planeta originario de los denominados "ingenieros", donde encuentran un templo que podría revelar la verdad que buscan y otros impensados secretos.
Y mientras las críticas a Prometeo destacan la magnificencia tecnológica y factura de sus efectos especiales (The Hollywood Reporter la define como "un festín visual") y la actuación de Fassbender como David "proporciona al filme el brillo real del acero", según The Guardian), Fox y Scott comienzan a visualizar una posible secuela. "Si somos afortunados, habrá una segunda parte", afirmó el realizador inglés en la WonderCon de marzo, porque "te deja con algunas preguntas abiertas".