Parecía un cisma sin opciones de cicatrizar. Ante los altos costos que significaba reclutar material propio y el descenso en sintonía de las producciones vespertinas, la hermandad entre música chilena original y teleseries parecía una alianza en extinción, condenada a una unión pretérita que durante los 80 y 90 convirtió en hits composiciones destinadas al olvido y que catapultó carreras casi anónimas, como la de Eduardo Valenzuela, el hombre tras Y qué se yo que sé, de Bellas y audaces (1988).

Pero durante este semestre, TVN ha vuelto a echar mano a la vieja costumbre, tal como lo hizo durante décadas con casos que van desde Rompecorazón hasta Los Pincheira: sus dos nuevas teleseries incluyen canciones inéditas de créditos locales. El tema central de Esperanza -la telenovela de las 14.30 horas y que trata de una nana peruana que se reencuentra en Santiago con un viejo amor- se llama del mismo nombre y es interpretado por La Guacha, conjunto adscrito al credo carnavalesco y que fusiona ritmos latinos. Por su parte, Aquí mando yo, que irá a las 20 horas y se centra en la historia de un ex locutor radial y una exitosa ejecutiva tiene al dúo de música urbana Eyci and Cody con el tema Te amo con locura.

En el caso de Esperanza, la elección se hizo luego que My Friend -productora a cargo- realizara un concurso interno en la Sociedad del Derecho de Autor (SCD) y recibiera a cambio cerca de mil grabaciones. "Fue así: me pasaron una reseña de la historia, la leí y me inspiré para armar un tema que precisamente trata del rollo latino, de los guachos de distintas sociedades, de la soledad en muchos aspectos y de los inmigrantes", explica Soledad del Río, la cantante de la banda que este año editó su álbum Virgen a través del Sello Azul.

Tras ser seleccionado, el tema fue producido por Jaime Román, productor musical de TVN, y fue mezclado en México. Hace unos días debutó la publicidad de la telenovela con la canción de fondo y se espera que llegue a radios junto al estreno de la telenovela -pactado para fines de agosto- y que se edite en una banda sonora integrada en su totalidad por composiciones inéditas. De hecho, ya se incluyó a nombres como Gogo Muñoz, autor de himnos como El hombre que yo amo, y Los Vásquez, el grupo más vendedor del año en el país y que ha patentado un concepto conocido como "pop cebolla".

José Francisco García, de My Friend, agrega: "Si grabamos toda la telenovela en Chile y con contingencias reconocidas por todos, no teníamos por qué poner música extranjera". Por su parte, Del Río asegura que el vínculo con la TV entrega una vitrina masiva que no tendrían en el circuito musical. "Los grupos tienen prejuicios de hacer algo que vaya más allá, pero hay que abrir otras puertas", dice.

Angel Cortés, una de las mitades de Eyci and Cody, conjunto ligado a cierto perfil reggaetonero y de ascendente resonancia en emisoras juveniles, opina en la misma línea: "Nosotros buscamos asociarnos a la telenovela de TVN. Lo ofrecimos y quedamos. Es una forma de consolidarnos a nivel público, porque nuestros rostros no son tan conocidos, nuestro nombre es difícil y nuestros temas sólo se escuchan en discotecas. Es una jugada exitosa".

Bajo esos términos, el antecedente más exitoso del último tiempo en el rubro es Mujeres de lujo, en Chilevisión, que lanzó éxitos como Tabú, de Mamma Soul, y Rescátame, de Myriam Hernández, y cuya banda sonora se situó entre los 10 álbumes más vendidos de 2010. Juan Andrés Ossandón, mentor del álbum, agrega: "Los soundtracks de telenovelas están reflotando de a poco y se convertirán en importantes agentes de difusión para músicos chilenos".

Pero los beneficios son recíprocos. Al incluir creaciones originales, los realizadores televisivos pueden vender las teleseries al extranjero, sin la necesidad de renegociar con los sellos los derechos de temas ajenos. Todo se comercializa como un producto total.

"Cuando vendes una telenovela también debes ver los derechos de las canciones, por lo que, cuando se ponen temas extranjeros, eso dificulta su internacionalización. Muchas veces hay que regrabar y poner otra música, pero ahí se resta mucha intensidad", finaliza García.