El Presidente ruso, Vladimir Putin, aseguró ayer a la televisión local que el Estado tenía "la obligación de proteger los sentimientos de los creyentes", aludiendo así a las integrantes del grupo Pussy Riot, quienes fueron condenadas a dos años en campos de trabajo por "incitación al odio religioso", tras cantar en febrero una "oración punk" en la catedral del Cristo Salvador de Moscú, en la que pedían a la Virgen que "expulsara" al mandatario del poder.

"Primero estuvieron en la iglesia Elokhovskaya (de Moscú) y lanzaron un auténtico aquelarre, luego estuvieron en otra iglesia para hacer otro aquelarre", dijo a Russia Today. El mandatario no quiso comentar si la condena fue proporcional a sus actos. También dijo que hace unos años las integrantes del grupo colgaron tres espantapájaros en uno de los grandes supermercados moscovitas con una leyenda que decía que había que limpiar Moscú de judíos, homosexuales y trabajadores extranjeros. "Creo que ya entonces las autoridades debieron prestar atención a ello", destacó.

Al ser consultado por el caso del fundador de WikiLeaks, Julian Assange, refugiado desde el 19 de junio en la embajada de Ecuador en Londres para evitar la extradición a Suecia, donde está acusado de violación y de agresión sexual, Putin señaló que se trata de un asunto "político". "Que yo sepa, Ecuador se dirigió a las autoridades suecas para que garanticen que Assange no sería entregado por Suecia a Estados Unidos. Hasta el momento, no se dio una garantía", añadió. También aludió a los ciudadanos rusos opositores a su régimen refugiados en Reino Unido, donde obtuvieron asilo político, como el millonario Boris Berezovski o el ex emisario independentista checheno Akhmed Zakaiev. "Gente que tiene sangre hasta por los codos, que tomaron las armas en nuestro territorio, que mataron, se esconden en Reino Unido". "Imagínense si escondiéramos aquí a combatientes del Ejército Republicano Irlandés (IRA)", agregó.