María Josefa Errázuriz (59) no pensaba que iba a ganar. No lo creía en enero, cuando decidió postular a la Alcaldía por Providencia, ni en los tres meses en que se ideó la campaña. Tampoco reconoce haber sentido esperanza de victoria el domingo 13 de mayo, cuando comenzaron a contar los votos de las primarias para elegir a un candidato único que se opondrá al alcalde Cristián Labbé en las municipales de octubre. Ese día, el de las madres, compitió contra Javier Insulza, hijo del ex ministro José Miguel Insulza, y contra el independiente liberal Cristóbal Bellolio. Ambos, mucho más jóvenes que ella.
Josefa Errázuriz pensaba, de hecho, que Bellolio iba a triunfar.
Ella votó a las 11.30 de la mañana y se fue a almorzar a su casa. Se puso una gran boina estilo patagónico y volvió al Liceo Victorino Lastarria.
Alrededor de 3.500 personas votaron en el liceo. Josefa Errázuriz, la "Pepa" -sobrenombre que le pusieron de niña-, logró el 39,7% de los votos y se convirtió en la contrincante de Labbé. Mientras Errázuriz abrazaba a quienes la felicitaban, en su cabeza, recuerda, sonaba la canción Fiesta, de Joan Manuel Serrat.
Josefa Errázuriz abre la puerta de su casa, en la calle Silvina Hurtado, y entra un gato a su living. Ella lo intenta echar, gritándole, pero el animal no le presta atención. "Este gato se llama Okupa, porque unos antiguos vecinos lo abandonaron y ahora deambula por todas las casas".
Su casa está en completo orden. "Mi nieta es la única que puede hacer lo que quiera aquí. Me tiene loca, peino la muñeca con ella".
Han pasado dos días desde que ganó las elecciones. A pesar del cansancio y de lo agitado del día, su ropa se mantiene sin arrugas y su peinado está intacto. "Soy un fenómeno para todos, porque nadie imaginó que yo iba a ganar".
Continúa: "Me cansa que me pregunten siempre por Cristián Labbé. Yo no compito con personas, compito con proyectos. La lucha no es contra él, la campaña no se debe centrar en él. Labbé ha gobernado 16 años, pero él no es la comuna".
Errázuriz ya se ha enfrentado al alcalde de Providencia, como cuando peleó para tener una sede propia de la Unión Comunal de Providencia, organización que reúne a las 16 juntas de vecinos de la comuna y que ella preside. Luego de tener una sala sólo en la alcaldía, logró que se independizara territorialmente.
"Mi programa como alcaldesa no lo podría llevar Labbé, porque dentro de su ADN, de su manera de ser, él es completamente vertical. Y eso es válido. El no tiene el concepto de que los vecinos queremos ser parte y no sólo contribuyentes".
"Desde hace años, Josefa representa causas que van contra el pensamiento de Labbé, como el problema de la demolición del teatro Las Lilas para la construcción de edificios o los líos viales con el Costanera Center", dice Cristóbal Bellolio.
Para poder competir el 28 de octubre con Cristián Labbé, Josefa Errázuriz debe conseguir 400 firmas de apoyo, antes del 30 de julio. "Yo siento a Josefa como una mamá, es muy de piel. Creo que lo que le falta es visión, no busca el poder por el poder. Tiene que tener más hambre por lograrlo", señala Bellolio.
Josefa Errázuriz es la menor de cuatro hermanos - entre ellos Octavio Errázuriz, actual embajador en la ONU- y cuando ella nació, su madre tenía 40 años y su padre, 50. Josefa, en cambio, decidió ser madre joven. Se casó después de salir del colegio y a los 21 años ya esperaba a su primer hijo. "Esto fue hace más de tres décadas y la sociedad era distinta. Mucha gente salía del colegio, se casaba y tenía hijos inmediatamente. Estudié en el Villa María Academy y varias de mis compañeras ya tenían maridos".
Su interés por la participación ciudadana comenzó gracias a su madre, quien, además de ser dueña de casa, fue presidenta de las mujeres del Partido Liberal. Su padre era agricultor y, como vivían en Providencia, debía viajar constantemente al campo en Requínoa.
En la campaña por las primarias, los papás de Cristóbal Bellolio estuvieron muy presentes, y Josefa Errázuriz, en un momento, se sintió sola. "Al mirar a esa familia me hice consciente de ese vacío que tengo". Su madre murió a los 70, de cáncer. Un año después, falleció su padre. "Cuando miro atrás, me doy cuenta de que a los 30 años no tenía papá ni mamá. Es fuerte".
A los 36, Josefa Errázuriz se separó de su primer marido, con el que tuvo dos hijos: Catalina y Nicolás. Tres años después, volvió a casarse. Pero descartó tener más hijos.
Josefa Errázuriz ingresó a estudiar sociología en la Universidad de Chile en 1971, durante la Unidad Popular. A pesar de la convulsión política y social, tuvo buen rendimiento en su carrera. Pero tras titularse, en 1974, no se dedicó a la investigación. Ese año se empleó en el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, PNUD, en labores administrativas. "Trabajé 33 años ahí, en distintos puestos y terminé siendo la gerenta de operaciones en Chile".
La primera vez que Josefa se integró a la junta vecinal de su barrio fue en 1975, a los 22 años, pero no le dedicó mayor tiempo. Volvió al tema 27 años después, en 2002, por un problema con los estanques de Aguas Andinas en el terreno detrás de su casa, en Antonio Varas con Pocuro.
"Por mi trabajo en el PNUD tenía la posibilidad de jubilar anticipadamente y lo hice, a los 55 años. Ahí comencé a dedicarme de verdad a los temas ciudadanos. El cambio fue brusco, pero no echo de menos".
En 2008 se convirtió en presidenta de la Unión Comunal, organismo que en las municipales de ese mismo año quería llevar un candidato a concejal para Providencia. La idea era presentar una candidatura ciudadana, con alguien no relacionado con un partido político. Ella encajó con ese perfil.
"Yo quedé feliz con los votos que logré. Nadie me conocía, no hice una campaña intensa y logré una mayor adhesión que un concejal electo, pero por ser independiente el sistema proporcional me dejó afuera". Obtuvo 2.822 votos, un 4,37% del total. A pesar de que su campaña era más bien testimonial, ella lo sintió como un fracaso. Pero estuvo dispuesta a seguir adelante.
Luego de perder, Errázuriz continuó como presidenta de la Unión comunal y, a la vez, como presidenta de Ciudad Viva, un centro de urbanismo con el que ha realizado diversos proyectos para fomentar la participación ciudadana. Años después, los miembros de este centro la incentivaron a competir directamente con Cristián Labbé. Además, Josefa Errázuriz es la segunda vicepresidenta del directorio del Club Providencia, que preside el actual alcalde.
-Déle duro a Labbé. Tiene que sacarlo de la municipalidad- le dice una señora a Josefa Errázuriz, al verla en el cruce de Avenida Providencia con Nueva de Lyon.
-No lo he considerado, pero no es una mala opción- responde ella.
A finales de 2011, esta misma conversación se repitió centena de veces. Distintas personas se acercaron a Errázuriz para incentivarla a que compitiera con Cristián Labbé por la Alcaldía de Providencia. Hasta ese momento, ella apoyaba a Cristóbal Bellolio.
En diciembre, Bellolio se reunió con Josefa Errázuriz en la sede de Ciudad Viva, en el barrio Bellavista. "Los dos nos llevamos inmediatamente bien y parecíamos pololos: corta tú, no corta tú... Ella quería que yo fuera el candidato y yo quería que fuera ella. La vi reticente porque la campaña en contra de Labbé es una lucha titánica", recuerda Bellolio.
La campaña en terreno de Errázuriz se hizo en tres semanas y se repartieron alrededor de 8.000 volantes. Se entregaron en la calle, en los supermercados, en las casas. De a poco, el nombre de Josefa Errázuriz tomó más notoriedad. El 9 de mayo, mientras se realizaba un foro televisado en La Red, Giorgio Jackson manifestó en Twitter que apoyaba a la candidata independiente. El arquitecto Mathias Klotz subió un video a YouTube diciendo: "Pepa, estamos hasta el mango con Labbé. Por favor, gana las elecciones". Y ella creó una cuenta en Facebook, especialmente para la primaria, donde ponía mensajes de apoyo con canciones de Mercedes Sosa, Víctor Jara, Les Luthiers, Vicentico, 31 Minutos y Congreso.
Miércoles 16 de mayo. Mientras en la Alameda los estudiantes comienzan a marchar, Josefa Errázuriz está sentada en el hall del GAM. La vencedora de las primarias por el candidato único que enfrentará a Labbé es la única en el coffee break que no pide siquiera un vaso de agua. Josefa está sentada, leyendo y releyendo lo que va a exponer en el seminario "Hacia una política urbana para Chile". Afuera, varias personas gritan alertando que se acercan las Fuerzas Especiales de Carabineros. Ella parece no escuchar nada.
Cuatro especialistas en temas ciudadanos exponen. Josefa Errázuriz es la única que nunca lee un papel para guiarse. Finalmente, es la que recibe más aplausos. Al irse en un auto camino a Ciudad Viva, desde el GAM, se ve más tranquila. Canceló todas las entrevistas que tenía ese día en la tarde y tendrá tiempo para una de sus actividades favoritas: cocinar.
Cuando llega a la baranda en la salida del estacionamiento, una voz automatizada solicita el ticket del estacionamiento. Josefa mira extrañada y pregunta quién le habló. Al darse cuenta de su error, comienza a cantar un tema de 31 Minutos: "Mi muñeca me habló, me dijo cosas…". Y se ríe.
Josefa Errázuriz sabe que este es su momento de reír.