Son decenas de miles, pero están fragmentados y ni ellos saben de cuántas armas disponen y cuántos realmente son. Pero los rebeldes sirios tienen un objetivo en común: derrocar a como dé lugar al Presidente Basher Assad.

En 17 meses, los opositores al régimen de Assad han puesto contra las cuerdas a la dinastía que gobierna Siria desde hace 42 años, aunque están tan desorganizados como en su momento lo estuvieron sus "pares" en Libia.

Ejemplo de esta división es que algunos rebeldes reivindicaron el atentado del miércoles en Damasco y luego el Ejército Libre Sirio (ELS) dijo que fue el propio régimen el autor de ese ataque.

El ELS surgió en agosto de 2011 y fue fundado en Turquía por el ex coronel de la Fuerza Aérea Riyad Assad y otros desertores de las fuerzas militares. Según ellos, cuentan con 17 mil hombres, aunque, en realidad, no serían más de ocho mil.

El otro grupo importante es el Consejo Nacional Sirio, que agrupa entre sus filas a facciones kurdas, comités locales de todo el país, grupos democráticos y la Hermandad Musulmana. También figura el Comité de Coordinación por el Cambio Nacional y Democrático y otros rebeldes que han tomado las armas por su propia cuenta y que no le rinden cuentas a nadie.