No fue con la intensidad que se esperaba. La ola que llegó a las costas de Valdivia provocó una serie de daños de menor consideración, según las autoridades de la región.

Las áreas declaradas inundables fueron las comunas de La Unión y Mehuín, y las localidades costeras de Niebla, Isla del Rey y Corral, abarcando un total de 5.205 personas.

De acuerdo a la Intendencia, se evacuó al 94% de la población. Sin embargo, en la comuna puerto de Corral, unas 300 personas se negaron a abandonar sus hogares y a ser trasladadas a las zonas de seguridad.

Juan Valenzuela, presidente de la Unión Comunal de juntas de vecinos, manifestó que "yo era uno de los que se burlaba del tema de las evacuaciones. Pensaba que era otra campaña alarmista del gobierno, pero cuando pasadas las 3.00 se inició la evacuación de los vecinos de Corral bajo, y empezamos a sentir el ruido del mar, le tomé el peso a la situación. Para mí fue casi como revivir lo ocurrido en el terremoto del 27 de febrero de 2010".

Si bien en esta localidad el mar se recogió por más de 50 metros, según el reporte de la Armada, fue en Isla del Rey donde se vivieron los peores efectos de la marejada.

En este balneario, la fuerza del agua provocó la destrucción de un muelle y de una embarcación pesquera denominada "La Carolina".

No obstante, el intendente Juan Andrés Varas señaló que "en Los Ríos tuvimos muy pocos daños que lamentar, como es el caso de una embarcación menor y un muelle en Isla del Rey, sector Las Coloradas. Asimismo, una inundación en una calle de Corral".

Vuelve la normalidad

El director regional de la Onemi, Jaime Valdenegro, indicó que "está todo volviendo a la normalidad, pese a que en el mar quedan evidentes vestigios del tsunami que, afortunadamente, nos afectó de manera leve".

Si bien no hubo casas con daños ni personas damnificadas, el matrimonio compuesto por René Cárcamo (76) y Ludmira Cerón (69) habilitó una casa para convertirla en un hospital de campaña para eventuales emergencias.

"Lo de anoche (viernes) lo viví con mucho nerviosismo, se me vino a la cabeza los que viví para el terremoto del 60. Estaba recién casada, tenía 18 años cuando fue el maremoto. Siempre les cuento a mis nietos que el terremoto fue a las tres de la tarde y 15 minutos después ya estábamos con todo el mar encima nuestro".

Su esposo añadió: "Nosotros hemos pasado por esto. Recordar el maremoto de 1960 fue terrible. Los maremotos arrasan con todo. No hay que olvidarse de la furia del mar, pero gracias a Dios no pasó nada".

En la región se habilitaron tres albergues, hasta donde llegaron unas 80 personas.