Señor director:
El cambio en la ordenanza de Providencia que ha llevado a restringir el horario de bares, restaurantes y botillerías es una demostración de cómo se aplican medidas que no tienen relación con lo que se quiere remediar.
Ante la queja de algunos vecinos sobre ruidos molestos, en vez de agilizar el control de los mismos y pasar las multas que correspondan, se optó por reducir el horario de atención, afectando gravemente a las empresas establecidas en beneficio de otras de la misma comuna y de las vecinas. Para qué hablar del efecto sobre el turismo, en una comuna con gran número de hoteles. Igualmente, se intenta justificar la medida por la delincuencia. Hoy la tecnología permite controlar a distancia los niveles de ruido e inhibir la actividad delictual con cámaras de vigilancia.
Esta medida del Municipio de Providencia es un grave perjuicio que no causará los efectos que persigue.
Pedro Lizana Greve
Concejal de Providencia







