Aunque el terremoto del 27 de febrero no dejó daños estructurales en la Catedral Metropolitana de Santiago, la catástrofe obligó a suspender el proyecto de restauración de la fachada, que había comenzado con un plan estratégico en 2009.
En enero pasado se había terminado la etapa de diseño para intervenir y si todo hubiese seguido su curso normal, este año se habría estado ejecutando. "Nos hubiera gustado que estuviera listo para este 18 de septiembre, el del Bicentenario, pero las urgencias del terremoto están primero", explica monseñor Juan Suárez, deán de la catedral.
Esta semana el emblemático proyecto será retomado por el arquitecto Jaime Migone, decano de la Facultad de Estudios del Patrimonio Cultural de la Universidad Sek. Sin embargo, la restauración no comenzará directamente, ya que al diseño de enero pasado se le sumará ahora una evaluación estructural del edificio y un análisis de lo que tendrá que ser restaurado tras el terremoto. "El edificio en general ha funcionado muy bien con los sismos de este año, pero la piel y la decoración externa ha sido maltratada y los estucos están muy débiles (...). Esto no estaba contemplado en el diseño original", explica Migone.
El jefe del programa de Doctorado en Arquitectura y Estudios Urbanos de la Universidad Católica, Fernando Pérez, quien también es asesor de la Iglesia chilena en temas patrimoniales, cuenta que lo que se hará ahora es actualizar el proyecto del diseño, pero, además, se hará el catastro de los daños, el que según señala, "ya fue muy exhaustivo después del sismo".
Los fondos para realizar el rediseño ya están aprobados y los trabajos que empiezan ahora se prolongarán por 90 días, de tal manera que en enero de 2011, se pueda comenzar a restaurar el edificio que empezó a proyectarse en 1748. "Próximamente habrán andamios en el frontis del templo más importante de Chile", reconoce monseñor Suárez.
Además del proyecto de restauración, existe otro plan para realizar arreglos al interior de la catedral, especialmente en algunas cúpulas y el estucado de los muros. Estas obras incluirán, además, la habilitación de un sistema de emergencia para aguas lluvia. "En la catedral hay dos proyectos. Uno es el del diseño de la restauración de la fachada, que tuvo un costo de $86 millones en enero pasado y al que se le adicionaron $43 millones más para la reevaluación. El de arreglos en el interior cuesta 88 millones. Sólo falta la aprobación del Consejo Regional (CORE)", explica el intendente de la Región Metropolitana, Fernando Echeverría. "Ambos proyectos se financian con el fondo patrimonial del Banco Interamericano del Desarrollo (BID)", agrega.
Después de que el CORE apruebe los fondos para el segundo proyecto, se llamará a concurso para ver qué arquitecto se hará cargo de la reparación interior, un proceso de que debería comenzar en diciembre.
Restauración centenaria
Jaime Migone explica que la Catedral Metropolitana es, en realidad, "dos edificios distintos". El primero, hecho de piedra, data de 1780 y fue construido por el arquitecto italiano Joaquín Toesca. Casi un siglo después, entre 1897 y 1906, otro profesional italiano, Ignacio Cremonesi, hizo una ampliación con acero y ladrillo. "Si uno mira el edificio se percata que desde la cornisa para arriba es de acero y hacia abajo es de piedra. Por eso la intervención que haremos es una consolidación estructural del templo. Es decir, tendrá dos etapas: una sobre la piedra y otra en la albañilería estucada de ladrillo", comenta Migone.
Las operaciones de restauración -que reparará el deterioro provocado por la humedad y la contaminación atmosférica- se centrarán en las dos torres, el frontis y el costado derecho del templo, que da a la calle Catedral. Pero no está contemplado demoler ningún elemento estructural. "Además de la limpieza de la piedra, se repondrán algunas ventanas de las torres y elementos ornamentales de la fachada", detalle Migone.
Para el arquitecto de la UC, Fernando Pérez, esta intervención es la más importante desde la de Cremonesi. "Después del terremoto de 1985 y de la construcción del Metro, se reforzó la estructura. Pero la última intervención grande fue hace 100 años", comenta.
Según la evaluación de enero, la ejecución del proyecto de restauración tendría un valor de 2.500 millones de pesos. Aún se está evaluando de dónde saldrán los recursos, pero lo más seguro es que se financie postulando a los fondos del programa de patrimonio del BID, al igual que el diseño.