En septiembre de 1973, muchos chilenos salieron del país, por obligación o por opción, tras el golpe militar contra Salvador Allende. Sin embargo, el fotógrafo holandés, Koen Wessing, se consiguió un pasaje de avión apenas supo la noticia. Estaba convencido de que mostrar el abuso de poder provocaría un cambio.
Koen Wessing era muy meticuloso. Las 39 fotografías que componen Imágenes indelebles, fueron seleccionadas por él mismo y vuelven a exponerse en el GAM. Para realizarlas, el fotógrafo se paseó por las calles de Santiago, con cara de pocos amigos, de pelo corto y traje gris: algo muy diferente a los pantalones de jeans que usaba siempre. Así, Koen nunca llamó la atención de los militares, y envió todo el material a Holanda con la ayuda de una azafata amiga.
Una de las fotografías que impactan es la de César Fernández, un profesor de la Universidad Técnica del Estado (UTE), actual Universidad de Santiago que fue reconocido por su hijo al visitar la muestra el 2011. En la imagen, César está detenido en el Estadio Nacional, y lleva una frazada bajo su brazo izquierdo. Su cara está tensa y transmite miedo. Tras él, se ve a un militar con su metralleta en alto.
César Fernández tuvo que alojar el 11 de septiembre en la ex UTE. Afuera los tanques y los militares rodeaban la universidad. La mañana siguiente lo trasladaron a punta de cañón al ex Estadio Chile, junto a Víctor Jara. "Un día, él pidió ir al baño y lo acompañó un militar, pero cuando salió, este ya no estaba. Ahí Víctor no sabía dónde ir. Cuando lo encontró otro milico, lo dejó en nuestro grupo de la UTE, donde éramos seis". César Fernández, testigo del caso, recuerda que una hora antes de que los cambiaran de recinto, los militares se llevaron al cantante "Cuando nos sacaron del Chile, para llevarnos al Nacional, el cuerpo de Víctor estaba en un charco de sangre, tirado. Nunca salió del Estadio Chile" dice categórico.
El profesor ha declarado en dos oportunidades ante la justicia y guarda recuerdos muy duros. "Con los del grupo nos turnábamos para ir al baño y mojábamos un pañuelo para limpiarle las heridas. El estaba muy golpeado, pero siempre nos daba ánimo". Dice que Víctor Jara estuvo siempre con la simpatía que lo caracterizaba. "En una oportunidad mi suegra llevó un paquete de galletas y un tarro de mermelada. Las galletas las dividimos y alcanzó una mitad para cada uno. Pero con la mermelada tuvimos que acordar meter el dedo índice y darle dos vueltas al tarro. Pero Víctor tenía los dedos muy gruesos. En ese momento eso era terrible" ríe.
Wessing fotografió a Fernández cuando estaba siendo trasladado dentro del Estadio Nacional, "Yo dormía donde está el marcador, por eso me veo con las frazadas. Ese día, una patrulla preguntó por mí. Los militares me hicieron pasar por una reja, di una vuelta completa al estadio y me llevaron a los camarines interiores de la tribuna marquesina, donde me interrogaron. Tenía miedo, no sabía qué iba a pasar, nunca se sabía", dice el profesor que vivió luego en Alemania.
Cuando Fernández vio su fotografía, lo recorrió la sensación de tristeza e incertidumbre, tal como ese día. "En ese tiempo bajé 12 kilos, y lo pasé muy mal, nos golpearon mucho. Pero sé también que lo mío fue poco". Para el profesor es necesario hacer hincapié en que Wessing retrata los primeros días del golpe de Estado, porque "con el tiempo las atrocidades fueron aumentando". Koen Wessing murió hace un año, poco antes de que se mostraran por primera vez estas imágenes en el país.
La muestra está curada por Jeroen de Vries, amigo del fotógrafo, y presenta una pantalla interactiva que recopila los testimonios de testigos como vecinos del sector, junto a un diaporama que muestra la selección de los comentarios compartidos