Había querido ser como Picasso, pero la invasión de los surrealistas europeos le hizo cambiar de opinión. Arshile Gorky (1904-1948) conoció a André Breton en los años 40 y, en ese mismo tiempo, estrechó lazos con el chileno Roberto Matta. Fue una amistad que fue determinante no sólo para convertirse en uno de los más adelantados artistas del expresionismo abstracto, sino también en una de las historias más trágicas del grupo surrealista.
Su vida se recuerda en una retrospectiva que se anuncia con bombos y platillos para el 21 de octubre en el Museo de Arte de Filadelfia. La exposición, que luego itinerará a la Galería Tate de Londres, muestra 180 obras que revelan la evolución en la obra de Gorky y la ineludible influencia del chileno en su trayectoria.
Gorky se trasladó a Estados Unidos desde su natal Armenia en 1920. De formación autodidacta, sólo en la década de los 40 entró en contacto con Breton y Matta. El chileno introdujo a Gorky en su concepto de pintura automática, en talleres a los que también asistían artistas como Jackson Pollock y Robert Motherwell.
La vida de ambos era parecida: además de pintar, los dos estaban casados y tenían hijos pequeños. Gorky comenzó a invitarlo a su casa en el campo los fines de semana, donde se quedaba con su esposa, Agnes Magruder. Fue en una de esas visitas, según luego reconocería Matta, que comenzaría a sentirse atraído por la esposa de su amigo.
Coincidió con el período más oscuro de la vida de Gorky. En 1946, su estudio neoyorquino se quemó en un incendio. Un mes después, le diagnosticaron un cáncer que terminó en colostomía.
Hacia 1948, Gorky era un hombre de salud delicada y con intensos cambios de humor. Según los diarios de Agnes, el 17 de junio ellos tuvieron una fuerte discusión, tras lo cual ella empacó sus maletas y llamó a Matta: "Fue quizás lo peor que he hecho, pero lo hice. El romance con Matta arruinó mi vida. Pero si me quedaba, la violencia de Gorky probablemente me hubiera alejado de todas formas".
Fue una escapada de dos días. Ella le aseguró al chileno que no abandonaría a Gorky. "No le dije a nadie, pero no sé si Matta fue discreto. Asumí que lo sería", escribió en su diario. "He sabido por otros que hasta se jactó", agrega. Agnes regresó a casa con Gorky, pero cinco días después, ocurrió una nueva tragedia. En una visita a un psicoanalista, el pintor tuvo un accidente en automóvil, se fracturó dos vértebras y quedó con el brazo derecho semiparalizado.
Frustrado, tras regresar a casa se embarcó en fuertes discusiones con su esposa, sobre un solo tema: su relación con Matta. Buscó al chileno y, según testigos, lo persiguió por Central Park con un palo. A partir de entonces (y por consejo médico), Agnes y sus hijas se alejaron de Gorky.
Cinco días después, el pintor se colgó. Unas horas antes había llamado a Agnes y le había anunciado: "He leído tu diario y te voy a liberar". Tras la muerte, André Breton expulsó a Roberto Matta de los surrealistas. En el libro de conversaciones con Eduardo Carrasco, Autorretrato (2002), Matta diría que su relación con Agnes "duró solamente algunos días, yo diría personalmente, algunas horas", y que el suicidio de Gorky se debía a sus problemas de salud. "Como yo era la persona más amiga y más cercana, empecé a salir en sus delirios", argumentó. De todas formas, Matta no volvería a pintar en tres años y, sólo en 1959, fue readmitido en el grupo surrealista.