En la tarde de ayer, menos de 24 horas después de la muerte de Whitney Houston, su madre Cissy Houston entregó su primera declaración: "Esta es una tragedia inimaginable", dijo, y sus palabras fueron el resumen de lo que desde la tarde del sábado, familiares, amigos y seguidores de la artista de 48 años han declarado a través de entrevistas, redes sociales o mensajes por internet: La muerte de Houston, la tarde del sábado en la tina del baño de su habitación del hotel Beverly Hilton, fue inesperada y trágica, y ayer no dejaba de sorprender, al tiempo que se empezaban a buscar las explicaciones de lo que sucedió.
Según reportó el diario Los Angeles Times, pueden pasar semanas antes de que se conozca la versión oficial de la causa de muerte de la cantante, a pesar de que ayer mismo se realizó una autopsia de la que ya trascendió un primer dato: le encontraron agua en los pulmones. La razón de la demora es que el proceso más demoroso es el examen toxicológico, que debería arrojar las luces definitivas. Asimismo, no hubo nuevas informaciones sobre cuándo y dónde se realizará el velorio y funeral de la mayor voz femenina que ha dado Estados Unidos en los últimos 25 años.
Y aunque las causas de la muerte de Houston todavía no se confirman, los detalles revelados por testigos, hablan de una jornada marcada por el descuido, la mala fortuna y, posiblemente, un consumo irresponsable de medicamentos. Según informó el portal TMZ, la artista falleció en el baño de la habitación. Luego de que no saliera en más de una hora, sus asistentes golpearon la puerta. Al no recibir respuesta, su peluquera entró y la encontró en la tina, bajo el agua. Así, una de las teorías es que podría haberse quedado dormida y resbalado. Además, ayer se reportó que en la habitación se encontraron distintos frascos de medicamentos y se informó que estaba tomando el ansiolítico alprazolam.
Se suponía que esa noche Houston asistiría a la fiesta organizada por Clive Davis, empresario discográfico que fue quien la descubrió. El evento se realizó de todas formas, en el mismo hotel en que murió la cantante, y se convirtió en el primer foco de tributos que hubo para la mujer tras I will always love you de parte de sus colegas: Alicia Keys y el propio Davis fueron algunos de los que hablaron, en la atesala a los premios Grammy de anoche, donde continuaron los tributos (ver nota relacionada).
Mientras, los fanáticos de la cantante llegaron con flores, carteles y velas a las afueras del hotel y a otros lugares, como el teatro Apollo de Nueva York -epicentro de la música negra-, embajadas de Estados Unidos en distintos países y también a la iglesia de Nueva Jersey donde la diva empezó su camino musical, como participante del coro.
De corista a superestrella
"Estamos con el corazón roto. Ella era nuestra joya", comentó una de las fieles de la iglesia donde está la prehistoria de la carrera de la cantante. Ahí empezó a demostrar su talento desde que tenía 11 años, algunos años antes de comenzar a acompañar a su madre, también cantante, en algunas de sus presentaciones. Siendo prima de Dione Warwick y ahijada de Aretha Franklin, los contactos musicales de Houston le permitieron ser corista de músicos como Chaka Khan y Jermaine Jackson cuando aún era una adolescente.
Todas esas experiencias fueron la previa al gran cambio que vino en 1983, cuando un ejecutivo de la disquera Arista Records, convenció a su máximo jefe, Clive Davis, de que escuchara a la chica. Davis se enamoró de su voz inmediatamente. "La primera vez que la escuché fue en un club llamado Sweetwater's. La verdad es que ella estaba haciendo coros para su madre (…), pero en un momento hizo dos números sola, uno de los cuales fue la canción The greatest love of all, y la interpretó con tanto fervor, con tanto talento natural y tanta pasión, que quedé impresionado", recordó él.
Fue entonces que se empezó a revelar una combinación de una voz impresionante con elegancia, simpatía y carisma, que no existían en ese momento en la música pop, y que encantó inmediatamente a un público transversal, que convirtió su primer disco -Whitney Houston (1985)- en un éxito que vendió 25 millones de copias y la consagró antes de cumplir 20 años de edad.
"Fue una vocalista sin fallas, que cantó canciones impecables y logró más insertar la teatralidad del gospel y el soul clásico en el pop masivo. Era un rayo de sol, radiante, imposible de tocar", escribió ayer The New York Times, donde también se recordó que uno de los logros de Houston fue modernizar el R&B y volverlo un género masivamente popular. Houston también aparece entre las influencias de las mayores voces femeninas que ha lanzado el pop estadounidense después de ella: Mariah Carey, Alicia Keys y Beyoncé son algunas de las cantantes que citan a la fallecida artista como una inspiración.
Y aunque los logros artísticos de Houston no pueden ser eclipsados, en el inconsciente colectivo, su figura también se recuerda en sus años de lucha contra las drogas y su violenta relación con Bobby Brown, su marido entre 1992 y 2007. Esta es una característica que también comparte con algunas de las cantantes negras que vinieron antes que ella.
Etta James, fallecida hace menos de un mes, es uno de los ejemplos de esto: en los 70 se enfrentó a varios problemas legales por una adicción a la heroína. En 2010 fue la última vez que estuvo en rehabilitación. Diana Ross también ha tenido una carrera marcada por grandes éxitos y batallas personales contra las drogas.
Mientras, la propia hija de Houston, Bobbi Kristina, ha tenido problemas similares y ayer fue llevada al hospital, supuestamente por un ataque nervioso. Horas después fue dada de alta.