"Vamos a poner un plazo, porque si no voy a explotar", afirma Roberto (Ricardo Darín) en Un cuento chino, la película ganadora del Goya a la Mejor Película Extranjera, que llega a Chile el 22 de marzo. "Si al séptimo día tu tío no aparece, te vas", dice, dibujando un breve calendario en un papel.

Jun, el chino que cayó a los pies de Roberto tras ser asaltado por un taxista que lo arrojó a la calle, acata la advertencia con decepción. Desde que el ferretero lo acogió en su casa, éste se ha convertido en la única vía que tiene para reencontrarse con su familia. De nada le sirvió acudir a la policía o a la embajada de China en Buenos Aires. A Jun nadie lo quiso recibir y Roberto -pese a su carácter cascarrabia y solitario- no fue capaz de abandonarlo a su suerte. Ahora la convivencia es forzosa. No se entienden ni una palabra. "Más allá de que la película utilice el humor de forma inteligente, el trasfondo es la incomunicación y la intolerancia que se suscita entre personas de diferentes orígenes. La historia nos estimula a miramos y a averiguar cuántas veces hemos vivido situaciones parecidas, porque todos somos inmigrantes permanentes de alguna manera", explica Darín sobre la cinta que dirige Sebastián Borensztein.

Antes de que Jun irrumpiera en el metro cuadrado de Roberto, su vida apenas tenía sobresaltos. El ferretero pasaba los días recortando noticias absurdas de los diarios y limpiando el altar de su madre muerta.

"La película narra la vida de un ciudadano común que, como todos, se ve envuelto en situaciones extraordinarias. Cualquier persona a la que sigas durante 24 horas con una cámara revelaría algo atractivo, incluso los que piensan que su vida es aburrida", revela el actor.

Darín también se siente un nómade. Nacido en Buenos Aires, el 16 de enero de 1957, es hijo de una familia descendiente de italianos y libaneses. Ahora divide su tiempo entre España y Argentina. "Crecí con un superhéroe, porque mi padre hizo al Zorro muchos años en radioteatro. Un día se le ocurrió entrar al estudio con un caballo de verdad. Por eso cuando algunos juzgaron que era irreal que el personaje de El baile de la victoria anduviera a caballo por las calles de Santiago, no estuve de acuerdo", cuenta sobre la adaptación cinematográfica del libro de Antonio Skármeta que dirigió Fernando Trueba en nuestro país. "Una cinta incomprendida", según Darín. "Hay mucho realismo mágico en ella y creo que no fue analizada como era debido", agrega.

El argentino volverá a fines de 2012 a rodar en Chile. Pero esta vez compartiendo roles con el actor mexicano Gael García Bernal y con Walter Salles (Diarios de motocicleta) a la cabeza. La película se llama Terra y se grabará en la Patagonia: "Es la historia de dos hermanos que se encuentran para ir tras las huellas de su padre. En el camino se dan cuenta de que apenas lo conocen, y que éste era un marino que, como dicen algunas canciones, tenía un amor en cada puerto".

La guerra y el cura

Darín es el actor más famoso que ha dado el cine argentino en los últimos 10 años, con películas como Nueve reinas, El hijo de la novia o la ganadora del Oscar a la Mejor Película Extranjera, El secreto de sus ojos, de Juan José Campanella. Interpretando personajes que suelen estár al borde del colapso, que tienen fama de cascarrabias y que son torpes emocionalmente, aunque de buen corazón, ya es parte del inconsciente colectivo. "Quiero aclarar que no me parezco en nada a mis personajes. Y que si llego a descubrir que me parezco a Roberto, me interno solo. No he vivido ni la millonésima parte de lo que él ha pasado. De partida, nunca he estado en el frente de batalla", cuenta.

La guerra que ha eclipsado al protagonista de Un cuento chino es la de las Malvinas: conflicto que ha resucitado la tensión entre Argentina e Inglaterra y que Darín dice mirar absorto, como gran parte de Sudamérica, "porque es absurdo pretender hacer colonias hoy y porque Argentina no necesita más territorio", dice. "Las grandes potencias son expertas en acordarse que tienen un archienemigo al que llevarle unos submarinos atómicos, cada vez que no les cierran las cuentas. No le veo otra explicación. Aquí no ha habido hostilidades. Sólo una normativa que establece que todos los países latinoamericanos fueron alineados con Argentina para el reclamo de la soberanía. Eso es lo que no han podido soportar", expresa el actor.

Darín también estará en el cine de la mano de Pablo Trapero este 2012, el mismo con el que ya hizo el elogiado filme Carancho . En Elefante blanco, el actor encarna a uno de dos sacerdotes: "Tengo suerte de que lleguen buenas historias a mis manos. Como ésta, donde me toca hacer el papel de un cura que sobrevive a un intento de asesinato en Centroamérica y que trabaja en los villorrios de Buenos Aires. Ocurre de todo. Interviene la política, la religión, la fe, el amor prohibido, y los bajos fondos. Tiene mucha acción, será impactante".