Mónica Anchundia recorre cinco veces al día la vereda norte de la avenida 5 de Abril, entre las calles Monumento y Manuel Rodríguez en la comuna de Maipú, con un escobillón, una pala y un carrito basurero. Son cerca de noventa metros y se demora entre una y dos horas, dependiendo de cuanta basura haya sobre la acera, pese a que en esa sola cuadra hay siete basureros estables. "Los peores son los fumadores. Tiran las colillas a cualquier parte", se queja antes de ponerse a conversar con el señor del puesto de sopaipillas. La labor de Mónica es a prueba de nervios: dice que cuando llega al final de la cuadra, se da vuelta y ya está llena de papeles otra vez.
Cristián Barrios, encargado del Departamento de Aseo de la comuna, asegura que antes de que se implementara el nuevo programa de limpieza en el centro de Maipú, en febrero pasado, el panorama era peor. Papeles pegados en murallas y postes, más suciedad alrededor de los basureros que adentro de ellos y baldosas con grasa negra debido a los puestos ambulantes de comida. "Nosotros partimos de la premisa de que la gente merece tener veredas más limpias. Es algo básico, de dignidad ciudadana. Más en el centro de Maipú, que es de alta afluencia de transeúntes". Según los cálculos, por ese sector transitan 20 mil personas cada hora y el plan, que costó 70 millones de pesos sólo para el centro, tiene a Mónica y sus 23 compañeros en un régimen de 24/7 dedicados a la limpieza.
El tema es un dolor de cabeza que comparten muchas comunas. Datos recopilados por el Centro de Políticas Públicas UC dicen que la Municipalidad de Santiago retira anualmente más de mil kilos de colillas de las calles del centro y despega mensualmente 90 kilos de chicle del pavimento. En la misma comuna, en 2012 se barrieron 104.932 kilómetros lineales de vereda, equivalentes a poco más de 24 veces el largo de Chile.
En Providencia se limpian tres mil metros cuadrados de grafiti al mes con hidrolavado, pintura o arenado, lo que equivale a cinco veces el largo del Costanera Center. En La Serena, el municipio gasta un millón 600 mil pesos en la limpieza de cada una de las estatuas de mármol de la avenida Francisco de Aguirre, proceso que se repite cada cuatro meses porque, una vez hecha la limpieza vuelven los rayados. Y la Municipalidad de Temuco retira casi 10 mil toneladas al año de microbasurales repartidos por la comuna y gasta 60 millones de pesos mensuales para mantener plazas y avenidas.
¿Cuestión de educación? Cristián Barrios responde que sí. "Me parece una brutalidad la forma en que la gente ensucia el espacio público por donde transita todos los días. Es como la extensión de tu propia casa", dice y ejemplifica con la mugre más difícil de sacar: la grasa de las baldosas, que dejan por ejemplo los puestos de sopaipillas y que es provocada por la gente y no por el medio ambiente ni el viento. Pero la educación no es el único factor. "También puede ser el diseño del mobiliaro urbano. Hay ejemplos de paraderos muy bonitos pero de material poco durable o poco eficiente que podría mejorarse", comenta Cristóbal Tello, subdirector de Proyectos del Centro de Políticas Públicas UC.
En ese centro querían convocar a un concurso de innovación abierto a todo el público, y para eso buscaban un problema acotado cuya solución tuviera un impacto concreto en la vida de las personas. Encontraron la respuesta en los municipios: mantener sin basura y en buen estado las veredas, antejardines y fachadas es un dolor de cabeza y un gastadero de plata, y en cambio cuando están limpias mejora la calidad de vida de toda la comunidad. Así nació el "concurso veredas limpias", que quiere que sean los propios participantes los que busquen no solamente soluciones sino que ayuden a identificar cuáles son las causas detrás de tanta suciedad y poco cuidado del espacio público. "No queremos decir nosotros cuál es el problema, sino que la gente se dé cuenta al buscarle una solución y que sean los propios ciudadanos los que propongan opciones a un problema que nos afecta a todos", explica Tello. Lo otro es incentivar la creatividad para encontrar fórmulas que puedan ser puestas en práctica por cualquier municipio del país, lo que no sólo puede darle crédito al ganador, porque también hay cinco millones de pesos de premio. "Hasta ahora, el municipio entrega una respuesta tradicional: volver a limpiar, reparar o pintar. Ellos saben que esa es una solución a corto plazo, pero no tienen otra a la mano. Por eso es la importancia de este concurso, encontrar una solución sustentable y más sostenida en el tiempo", agrega Tello.
El espacio público tiene un rol clave para la calidad de vida de los vecinos y las veredas, el mobiliario y las fachadas muchas veces son áreas abandonadas, inseguras, sucias y deterioradas. La gente acusa esta realidad: en la Encuesta de Percepción de Calidad de Vida Urbana 2011, del Ministerio de Vivienda y Urbanismo, el 35% de los encuestados dice que la calidad de las veredas es mala o muy mala y casi tres cuartos de los entrevistados considera los rayados en muros y paredes como uno de los graves problemas que afectan a su comuna.
Cuando esa realidad cambia, hay un efecto dominó, asegura Cristián Barrios, quien explica que desde que se puso en marcha el plan de limpieza en el centro de Maipú la gente se esfuerza más por mantener el espacio público. "Los mismos locatarios le dicen a la gente: 'Señor, se le cayó un papel'". Pero en general los ciudadanos son más parte del problema que de la solución. Según la Primera Encuesta Nacional de la Basura en Espacios Públicos, aplicada en 2012 a mil doscientas personas de casi todas las regiones por estudiantes de la Red Nacional de Investigación Escolar de los Científicos de la Basura (una iniciativa de la Universidad Católica del Norte y Explora-Conicyt), uno de cada tres chilenos reconoce que bota basura en las calles. El 80% de los encuestados cree además que los otros lo hacen frecuentemente. ¿Los peores, según esta encuesta? Tal como se ha dado cuenta Mónica Anchundia cuando limpia las calles de Maipú, los fumadores: el 64% de las personas que fuman dice botar las colillas al suelo.
El objetivo es diseñar un producto o servicio que mejore las zonas peatonales urbanas y que pueda ser implementado por los municipios. Puede participar cualquier persona de manera individual o grupal entre el lunes 29 de septiembre y el 26 de octubre de 2014. Hay cinco millones de pesos para la idea ganadora, un millón para cada una de las dos menciones honrosas y otro para la idea más votada por el público. www.veredaslimpias.cl