"No me esperó a tomar desayuno, padre", decía ayer sollozando Gerardo, desde su casa en la población La Victoria. El y su señora, María, fueron los últimos en ver con vida al sacerdote Pierre Dubois. Un paro cardiorrespiratorio provocó la muerte del clérigo, nacido hacía 80 años en la localidad francesa de Dijon y que en 2001 había obtenido la nacionalidad chilena por gracia. Todo ocurrió cuando el religioso descansaba en su vivienda en el pasaje El Esfuerzo, en Pedro Aguirre Cerda.

"Anoche (jueves), se tomó su sopa, hicimos la misa diaria y lo acosté. Mi señora lo vino a despertar antes de las siete y ya se había ido. Se fue en paz", agrega Gerardo.

Desde hace dos años, este matrimonio cuidaba al religioso, considerado emblema de la defensa de los derechos humanos durante el régimen militar. Tras la llegada de la democracia, había combatido la drogadicción en esta zona de Santiago.

Padecía parkinson y su salud y físico se habían deteriorado, dicen sus cercanos. No así sus facultades mentales.

"Seguía lúcido, leyendo y escribiendo mucho. Estaba terminando el libro: Salvación por los pobres, el cual contiene 11 capítulos", asegura Sergio Núñez, miembro del Movimiento Obrero de Acción Católica (Moac). Explica que apoyaba a Dubois en la transcripción, puesto que el primer borrador de la obra había sido escrito en francés. Además, cuenta que el sacerdote también estaba colaborando en una biografía sobre su vida que preparaba uno de sus cercanos.

Foto emblemática

Dubois llegó a Chile en 1963. Una de sus primeras actividades pastorales la realizó en el Moac. Su oposición al régimen del general Augusto Pinochet hizo peligrar su vida en más de una oportunidad.

En marzo de 1984, una foto suya logró notoriedad internacional: Dubois se había interpuesto entre Carabineros y los pobladores, durante una protesta. Su imagen con los brazos abiertos en cruz sería recordada en las décadas siguientes.

Fue expulsado en 1986 y sólo regresó en 1990, una vez recuperada la democracia.

"No es el cura, es el papá de La Victoria", dice entre lágrimas Elvira, quien vive en la población desde hace 55 años. "El Pierre (como lo llamaban sus cercanos) era capaz de meterse debajo de las ruedas de las micros si había que defender a la gente. El salvó a muchos", recuerda la pobladora, afuera de la parroquia Nuestra Señora de La Victoria, donde velan a su amigo, con el cual compartió más que una misa.

Recuerda que en septiembre de 1984 estaba con "Pierre" en otra protesta cuando supo que una bala pérdida había matado al sacerdote André Jarlan, su amigo y compañero de parroquia en la población. Jarlan recibió el impacto mientras leía la Biblia en la capilla donde habitaban. Las lágrimas de Elvira se unieron a las miles de personas que llegaron hasta anoche a rendirle un homenaje al "cura obrero".

El actual párroco del templo, Lorenzo Maire, cuenta que conoció a Dubois en Dijon, antes de que llegara a Chile. Destaca su vocación para que "la gente viva bien, no importando dónde y cuándo les tocó vivir".

Claudina Núñez, alcaldesa de Pedro Aguirre Cerda, destaca que "nos ayudó a enfrentar la dictadura, a luchar juntos, a comer en olla común y a sentirnos orgullosos".

El arzobispo de Santiago, Ricardo Ezzati, destacó ayer su trabajo con los más pobres: "Ha estado muy cerca de los trabajadores a través de la Acción Católica, ha impulsado en la Iglesia de Chile un verdadero movimiento de adhesión al Evangelio y a Jesucristo, especialmente hacia los trabajadores y los más pobres. La Iglesia de Chile está inmensamente agradecida".

Para hoy en la mañana, a las 10.00, está programado un responso, en la iglesia Nuestra Señora de La Victoria. La ceremonia será presidida por Ricardo Ezzati. El funeral del clérigo está programado para el lunes. Sus restos serán cremados y sus cenizas devueltas a la población donde el sacerdote eligió vivir y morir.