Todo transcurre entre las paredes de un departamento, en apenas 80 minutos, con cuatro personajes, siempre discutiendo sobre lo mismo. Y de tanto discutir, el ambiente pasa de amable y distendido, a poco amigable y amargo. Es el clima que maneja Roman Polanski en esta olla a presión dramática que en castellano llega con el título de Salvajes, pero que en inglés tiene un nombre más explícito: Carnage. Es decir, carnicería.

La más reciente película de Roman Polanski es una de las películas que más sobresalen a simple vista en el Octavo Santiago Festival Internacional de Cine (Sanfic), eventado organizado por CorpArtes. Por casting no se queda atrás: Jodie Foster, Kate Winslet, Christoph Waltz y John C. Reilly acumulan juntos cuatro premios Oscar. Por fuente dramática tampoco: se basa en la popular obra teatral Un dios salvaje, de la dramaturga francesa Yasmina Reza. Por premios y nominaciones tam- poco está mal, postulando este año a dos Globos de Oro y ganando el Pequeño León de Oro en el Festival de Venecia 2011, donde se estrenó.

Salvajes comenzó a gestarse en la cárcel. En la celda en que Roman Polanski permanecía arrestado en Suiza, a fines del 2010, por el caso de violación en Estados Unidos. Casi un año más tarde, en marzo del 2011, el realizador de El bebé de Rosemary filmó esta película que alude a la hipocresía y a la crisis de la familia moderna. En su trama, los matrimonios de Penelope (Jodie Foster) y Michael Longstreet (John C. Reilly) y Nancy (Kate Winslet) y Alan Cowan (Christoph Waltz) deciden arreglar las cuentas en buenos términos, luego de que el hijo de la primera pareja es golpeado por el muchacho de la segunda. El chico ha quedado sin un par de dientes, pero para la progresista y pacífica Penelope lo mejor es apelar a los buenos modales que al método de las recriminaciones brutales. Su esposo, Michael, parece apoyarla, aunque no cuesta demasiado darse cuenta de que le falta una voz propia en este matrimonio. En el lado opuesto de este encuentro están la hiperventilada Nancy y el ausente Alan. Ella puede perder el control en cualquier momento y él sabe hablar mejor con su celular que con su esposa.

Polanski, que ha actuado y dirigido en el teatro, es capaz de darle vida propia a esta trama. Antes, con La muerte y la doncella (1994) y también con un elenco poderoso y oscarizado (Ben Kingsley y Sigourney Weaver), también le otorgó un nuevo aire a la obra de Ariel Dorf-man. Salvajes, como casi todo lo que filma Polanski, tuvo un rodaje bastante poco publicitado y sólo fueron declaraciones de las actrices protagonistas, las que informaron de cómo había sido la filmación. Jodie Foster, por ejemplo, destacó el nivel de involucramiento del realizador: "Controla todo, cada movimiento, cada lente, cada objeto de utilería". Kate Winslet se ha referido al ambiente de rodaje: "Le encanta trabajar con pocos actores y técnicos. Durante mi primer día en el set me dije: '¡Dios mío! ¿Esto es todo?'. Por otro lado, a sus 77 años, tiene una energía increíble y un entusiasmo contagioso".

Debido al estatus de "fugitivo de la justicia" estadounidense, Polanski filmó la película -ambientada en Broklyn, Nueva York- en un estudio de París. Salvajes, luego de Sanfic, tendrá estreno comercial en septiembre en salas chilenas.

Durante este año, Sanfic tendrá cerca de 100 películas (en competencia y muestras paralelas), destacando además la exhibición de la copia restaurada de Viaje a la Luna (2002), del pionero del cine Georges Méliès. Se trata de una versión coloreada por el propio Méliès y que para esta ocasión fue musicalizada por el grupo francés Air.