Una mesa de madera y un paquete de papas fritas abierto con un cuchillo al centro. Tres arrieros conversando en un almacén de Vilches, una localidad ubicada en la precordillera de la Séptima Región, comuna de San Clemente, a unos 50 kilómetros al este de Talca. Tres bebidas, también, que los hombres comparten al final de un día oscurecido por la sombra de los árboles.

-¿Les ha tocado ser testigo de algún avistamiento de ovnis por acá?

-No, eso es mentira-, responde Eladio Gajardo, un arriero en la mitad de su vida, barba de tres días y pañuelo al cuello. -Eso lo dicen acá de la municipalidad para atraer turistas.

Silencio.

El viaje hasta Vilches venía fundamentado. Un artículo de la revista High Life de la aerolínea británica British Airways decía en su edición de septiembre, y con toda certeza, que San Clemente es el mejor lugar en el mundo para encontrarse con un extraterrestre. En todo el mundo. Y eso había que ir a verlo.

Los arrieros continúan en lo suyo. Hablan de las excursiones a caballo que se hacen a la reserva de la Conaf, Altos de Lircay, y cuentan que ha aumentado la cantidad de extranjeros; alemanes, españoles, franceses, que llegan para adentrarse en la cordillera, a caballo o a pie. Eladio Gajardo comenta, mientras masca una papa frita, que el tiempo estará malo para una excursión al día siguiente, que habrá lluvia y niebla. Y a medida que pasan los minutos, las frases de los tres hombres se empiezan a alargar, las palabras a fluir un poco más.

-¿Sabe qué?- dice Eladio Gajardo, sin aviso. -Hace unos cuatro años vi algo. Estaba en la reserva y en la cordillera, entre los cerros, veo un remolino que subía y bajaba, con una luz potente. No era algo que pudiera hacer un avión o un helicóptero y además fue largo. Vi esa luz subir y bajar por unos 20 minutos.

Lo otros dos hombres escuchan. Y cuando Gajardo termina, su hermano Manuel desclasifica otra historia.

-Hace tres meses vi un monito caminando en el aire-, dice Gajardo. Luego explica que era una figura pequeña que levitaba sobre las copas de los árboles, que caminaba en el aire cordillera arriba, moviendo los hombros de lado a lado. "Un humanoide", comentaría después el ufólogo Rodrigo Fuenzalida, director de Aion Chile, una organización civil que se dedica a estudiar ovnis, sobre el avistamiento de Gajardo. El arriero también habla de otra experiencia, esta vez hace unos seis años, cuando vio una luz blanca potente y grande entre los cerros.

Por último, el más joven del grupo, Sebastián Riquelme, se decide a contar su historia. "Iba en camioneta aquí en Vilches mismo con mi novia embarazada", dice. "Fue hace unos meses no más. De repente vemos una luz roja en el cielo, a no muchos metros de la tierra. Paré la camioneta e hice un cambio de luces. En ese mismo momento, la luz se empezó a agrandar, a expandir. Fue un lapso largo, no sé los minutos, pero como que uno se paraliza, no toma fotos con el celular, nada. Uno mira no más".

-¿Y por qué no lo quisieron contar antes?

Eladio Gajardo: "Porque después la gente piensa que estamos locos, que quizás qué cosa nos tomamos".

Los otros dos hombres asienten serios.

...

En un momento en la zona de Vilches no supieron qué hacer con todos los avistamientos. La gente conversaba sobre el tema, pero todavía no se pensaba en ocupar cada uno de los eventos como un gancho para el turismo. Uno de los primeros que mencionó al sector como una "zona caliente" para avistar ovnis fue el escritor suizo Erich Von Daniken quien, en unos de sus libros de mediados de los 70, habla del Enladrillado, en la cordillera de Vilches, y lo situaba junto a Nazca en Perú, como dos pistas de aterrizaje para naves espaciales.

El Enladrillado, dicen en Vilches, es un lugar especial. Ubicado dentro de la reserva Altos de Lircay, se requiere de una caminata de cinco horas para llegar a él. Su nombre hace una clara referencia a la constitución del lugar: una meseta entre los cerros, de 100 metros de largo por 80 de ancho conformada por piedras rectangulares de tres metros por un metro y medio con forma de ladrillos. Por eso el nombre: El Enladrillado.

Luego, recuerda el ufólogo Rodrigo Fuenzalida, vino un período, a mediados de los 90, en que los mismos ufólogos empezaron a registrar un gran número de eventos. Desde esa época se comenzó a construir el relato con la ayuda de los habitantes de Vilches y del lago Colbún, además de los carabineros de los retenes del sector y de los guardaparques de los parques nacionales. En los últimos años comenzó la llegada de medios extranjeros, desde diarios japoneses y brasileños a revista especializadas. A fines del 2012, Fuenzalida acompañó al History Channel para una serie documental sobre ovnis. La serie, conducida por Shaun Ryder, el vocalista de la banda británica Happy Mondays, se llamó "Shaun Ryder on UFOs", y tuvo a su conductor visitando varios países para una entrega de 12 capítulos. Según Fuenzalida, en una vigilia en el lago Colbún, cerca de Vilches y en la misma comuna de San Clemente, ocurrió algo. Al final del capítulo de 45 minutos (Ryder también estuvo en el desierto de Atacama y Santiago) se ve cómo un fotógrafo del equipo de Fuenzalida capta un objeto irregular en el cielo del Maule. Ryder queda impresionado. A los 15 años, en Inglaterra, ya había tenido su primera experiencia cuando vio una gran bola amarilla en el aire. Esta era otra. El capítulo se puede encontrar en la web.

Toda esta atención ha hecho que en San Clemente se empiecen a preparar para una nueva industria. Ya en el 2007, la alcaldía de Juan Rojas, se decidió a crear una ruta ufológica en la comuna, que incluye al Enladrillado, el lago Colbún y la laguna del Maule. El mismo alcalde, quien ahora está en su segundo período no consecutivo, se decidió a reforzar el turismo en la zona de esta manera. Una razón es que él mismo ha sido testigo de avistamientos. El primero, recuerda, fue en 1976, cuando tenía 15 años. "Estaba en Vilches de excursión con compañeros de colegio. Uno de ellos se accidentó y tuvimos que trasladarlo a pie, en el medio de la noche. Nos empezó a seguir un objeto ovalado, luminoso y con muchas puntas. Nos siguió prácticamente toda la noche, hasta que por el cansancio paramos a descansar y nos quedamos dormidos".

El otro episodio ocurrió en 1990. Rojas estaba con su familia en el sector de El Colorado, cercano al Lago Colbún. "Todos vimos un objeto luminoso salir del agua. Fue impresionante". Según los expertos, lo que el alcalde vio fue un osni. Un objeto submarino no identificado.

Por eso, el alcalde Rojas no tiene dudas del atractivo turístico de su zona gracias a las ovnis. Cuenta que se están reuniendo capitales para hacer un hotel de calidad, pavimentar el camino que cruza el sector de Vilches y además construir un observatorio.

-¿Le ha tocado ver algún ovni?

María Elena, quien arrienda caballos para salir de expedición al Altos de Lircay, camina hacia su casa en Vilches, que más que un pueblo, es un camino largo, con casas y parcelas a cada lado del camino donde viven unas 800 personas, según cálculos del Municipio de San Clemente. María Elena sonríe. Y dice: "Yo nunca he visto nada. Yo creo que lo hacen para atraer turistas".

Pasarán 15 o 20 minutos de conversación sobre lo que es vivir en Vilches, sobre el aislamiento cordillerano.

-¿Pero en serio no le ha tocado ver ovnis?

-No, nunca me ha tocado.

...

Aunque el cielo se ve abierto y claro en la precordillera, los habitantes de Vilches dicen saber que al día siguiente estará nublado y que lloverá, sin ninguna necesidad de informes meteorológicos. Alberto Moreno se encuentra trabajando afuera, en el terreno de sus cabañas llamadas El Roble. Moreno cuenta que es de Talca, pero que siempre fue a veranear a Vilches, hasta que su familia construyó las cabañas que él administra. Cuando se le consulta por los avistamientos, al principio duda. Pero luego transmite lo que sabe: "Fue a fines de los 80 y yo tenía 10 años. Era de noche y salimos a caminar con mi familia. Había unos hippies tocando guitarra en el camino cuando vemos una gran nube aplastada de la que salían muchas luces de muchos colores. Fue largo y todos los que estábamos coincidimos en lo que vimos. Invitamos a los hippies a tomar café a la casa y conversamos. Años después supe que lo que vimos fue una nave nodriza".

Moreno nunca volvió a ver nada, a pesar de que vive hace cuatro años en Vilches. Pero sí recuerda la experiencia de unos profesores de Talca que estaban acampando en la laguna del Maule. "Fue el terremoto del 27/F y mientras la tierra se movía, ellos me contaron que salieron naves desde adentro de la laguna y se perdieron en el cielo. Estaban realmente impactados".

Las teorías en la zona para la presencia de ovnis son varias. Fuenzalida, el ufólogo, dice que los extraterrestres se sentirían atraídos por la energía de las centrales hidroeléctricas del sector, como Colbún, además de las grandes concentraciones de agua dulce de los lagos. También está la tesis de que la zona marca el fin del camino del inca, una conexión directa con Nazca y sus leyendas espaciales. Por lo mismo, hay versiones de que el Enladrillado fue construido por alguna civilización pasada, aunque los ufólogos no descartan algún accidente natural ocasionado por la actividad del cercano volcán Descabezado.

Como sea, la gente ve cosas.

Juan Claudio Cerro, actual director de RR.PP. de la Municipalidad de San Clemente, y director de turismo en el período en que el alcalde Rojas trabajó en la ruta ufológica, dice que ahora es necesario unificar el relato de los habitantes que viven en estas "zonas calientes" de ovnis. Hay consenso en el municipio de que nadie puede garantizar un avistamiento, pero hay que dejar en claro que sí han ocurrido. "Que la gente, por miedo a ser ridiculizada, no se sienta cómoda hablando sobre lo que ha visto es un problema. Que existan turistas capaces de hacer un largo viaje para que le digan que "no pasa nada" no es bueno. No se trata de que todos piensen igual, pero al menos hay que partir de la base de que mucha gente ha sido testigo de avistamientos".

Es por eso que la dirección de turismo de San Clemente está organizando un seminario en noviembre con los habitantes de Vilches que apunta, entre otras cosas, a homologar ese relato.

Antes que eso pase, el alcalde de la comuna, Juan Rojas, no duda de que lo que ocurre en sus cielos es trascendental. "Somos una comuna que está muy cerca de Dios", dice convencido.