VEINTINUEVE NUEVOS hoteles tendrá Santiago entre este año y el 2015. Una cifra impresionante, no sólo por el número de camas que se suma a la oferta total de la capital (un 20%), sino también por las inversiones involucradas (un hotel fluctúa entre los US$ 10 millones y US$ 20 millones) y por los puestos de trabajo que genera. Y otra cosa que resulta bastante llamativa es que la mayoría de ellos -19 para ser exactos- está en la llamada categoría midscale, es decir, hoteles de tres o cuatro estrellas, que apuntan a un nicho de pasajeros que se había desatendido: personas que buscan un establecimiento de calidad, cómodo, tecnológico y funcional, pero que no necesitan de grandes servicios ni lujos. Huéspedes que prefieren llevar su maleta a la habitación, pero no transan que todo el edificio carezca de Wi-Fi. O se amoldan a una suite más pequeña, pero valoran que el gimnasio o el restaurante estén abiertos las 24 horas.

El recientemente inaugurado Ibis Manquehue es un claro ejemplo de este tipo de hoteles, además del nuevo Atton Vitacura o el Hyatt Place, que abrirá en mayo en Américo Vespucio Norte. También lo son el Courtyard by Marriott; que -en sociedad con Falabella- la cadena construye a un costado del Marriott Santiago; el Innside by Meliá, que se levanta en calle Bucarest y será el primero de su tipo en Latinoamérica; el Diego de Almagro de Av. Holanda con Pío XI; el Hotel Plaza El Bosque, de Manquehue con Cerro El Plomo, o el Torremayor 2, de Lyon con Providencia.

No son pocos los que ven esta explosiva construcción de nuevos hoteles como un boom que puede generar competencias descarnadas y la temible guerra de precios que muchos hoteles denunciaban a comienzos de los 90, cuando sucedió un fenómeno parecido. Fueron los años en que muchos se olvidaron del centro y se levantaron torres en Las Condes, Providencia y Vitacura. Esos hoteles ya tienen 25 años y ven hoy cómo les surge una renovada competencia.

El encargado del área hotelera para Latinoamérica de la consultora Tinsa, Pablo Ramírez, cree que, por el contrario, es un proceso propio de un mercado maduro.

"No sé si se puede hablar de un boom como algo explosivo, sino más bien de un proceso de madurez como mercado hotelero que, por fin, está alcanzando una capital de un país que está en pleno crecimiento y desarrollo. Es positivo que se desarrollen nuevos formatos de hoteles y lleguen nuevos competidores nacionales e internacionales a Santiago, ya que eso permite generar una imagen hotelera como destino de calidad apuntando a distintos segmentos de mercado. Inclusive al turista nacional de regiones, el cual perfectamente podrá evaluar quedarse en un hotel de categoría internacional y bien ubicado, cuando venga por razones médicas, sociales, deportivas o familiares a Santiago. Ya no todos los hoteles en Santiago están siendo pensados 100% en recibir huéspedes corporativos", explica Ramírez.

Lo cierto es que la mirada ha cambiado. Hasta hace unos años, si una cadena internacional importante se instalaba en Chile era para traer sus marcas más lujosas. Hoy esas mismas cadenas -y otras nuevas- están trayendo sus opciones más competitivas, abriéndose a un nicho que en nuestro país no habían explorado. Para algunos, una mayor cantidad de hoteles de tres estrellas de cadenas internacionales va a generar un efecto positivo en el mercado, ya que siempre este tipo de categoría había sido vista con una imagen muy por debajo de los estándares.

"Si además ese hotel está ubicado en un barrio industrial o comercial, va a permitir acercar a los clientes a sus puntos de trabajo o reuniones, y si finalmente tiene excelentes tarifas los fines de semana, se van a querer quedar un día más para hacer otras actividades en Santiago y sus alrededores", dice Pablo Ramírez.

El nuevo Ibis Manquehue, que abrió sus puertas hace dos meses, es el tercer hotel de esta marca en Santiago. Perteneciente a la gigantesca francesa Accor, que tiene nueve hoteles en todo el país (entre las marcas Novotel y Mercure), pero que deja entrever metas ambiciosas: para los próximos años pretenden llegar a 19. "El Ibis Manquehue cubre el nicho de hotelería económica, enfocado principalmente a viajeros de negocios, pero también con un componente turístico. La mayoría de los futuros desarrollos hoteleros de Accor en el país estarán cubriendo la misma línea de categoría", dice Matías Muchenik, gerente de desarrollo de Accor para Chile. El estándar de Ibis a nivel mundial habla de una habitación moderna, bar disponible 24 horas al día todos los días y tarifas claras y competitivas. El de Manquehue cuenta con 216 habitaciones e implicó una inversión de US$ 20 millones.

Otro que está por inaugurarse (abre en mayo) es el Hyatt Place Santiago. Ubicado en Vitacura, es el primero de esta cadena en Sudamérica, tendrá 140 habitaciones de 29 m2 y 20 suites de 53 m2, todas poseen ventanales de suelo a techo y un sofá cama que permite alojar a tres o cuatro personas. Ofrece Wi-Fi sin costo en todo el hotel, gimnasio abierto las 24 horas y un original lobby que se ubica en el piso 12 del edificio, junto a un lounge y un restaurante y bar, que atiende las 24 horas también. Además, es un edificio sustentable y con certificación Leed.

"La sustentabilidad es una tendencia muy marcada y presente en la mayoría de los nuevos proyectos", asegura Colin Turner, presidente de la Asociación Hoteleros de Chile.

El futuro Courtyard by Marriott, que tendrá 200 habitaciones, a un costado del Marriott Santiago, es también el primero de esta marca en Chile, pero forma parte de un concepto exitoso, con 900 hoteles en 38 países.

"Todos estos nuevos hoteles son muy funcionales en los espacios y pensando en el tipo de huésped. Hay algunos con habitaciones de tamaño de menos de 20 m2 porque se tienen estudiados ergonómicamente los movimientos deseados por el huésped en la habitación, con todo al alcance de su mano. Los grandes edificios hoteleros con espacios enormes en su lobby y restaurantes, están quedando para ciertos hoteles de lujo o 5 estrellas superior. Ya un hotel no sólo se vende por la majestuosidad del edificio, sino por su funcionalidad", explica Pablo Ramírez, del área hotelera de Tinsa.

Según Hoteleros de Chile, la asociación gremial que reúne a los empresarios del sector, hay inversiones en el país por US$ 812, claro que hay que considerar que parte importante de esa cifra corresponde a hoteles en desarrollo que están en la fase de proyecto y que, por lo mismo, no todos se pueden llegar a materializar.

Para Juan Antonio Eymim, cronista gastronómico y ex director de la revista de hotelería Lobby, estas enormes inversiones que se están desarrollando, "son parte de un boom necesario, ya que hay épocas donde no existe una cama disponible en Santiago. Por ejemplo, es lo que pasó esta semana por la Expomin". A su juicio, hay tres claros formatos que acaparan la inversión: los ya nombrados midscale, "que se llevan gran parte de la torta, también se está construyendo para el mercado del lujo, en su mayoría son inversiones locales con administración u operación de cadenas extranjeras, como son los casos del Renaissance, Cumbres Vitacura, el DoubleTree de Hilton y del Nhow de NH, y en menor medida, la hotelería boutique, pequeños establecimientos de muy buen nivel, como el boom que vemos en el sector del Parque Forestal, destinado al público europeo en su mayoría, como proyectos como The Singular, Cumbres Lastarria, entre otros.

El Renaissance Santiago (la marca de lujo de Marriott) acaba de abrir sus puertas este mes. Está en Av. Kennedy, casi frente el Grand Hyatt y destaca por su refinamiento, presente en sus 181 habitaciones y su tecnología. Las suites contarán con una tablet, internet vía fibra óptica, televisión IP full, la que es única en Chile, y una aplicación diseñada para mantener conectado a cada pasajero desde dentro y fuera del hotel con todos los servicios disponibles y con asistencia constante. Su restaurante Catae pretende ser un referente en la capital, para ello puso al frente al chef argentino Mariano Cid, que trabajó siete años con Ferrán Adriá.

Muy cerca de ahí, en la esquina de Kennedy con Américo Vespucio, se levanta el Hotel Cumbres Vitacura, de la cadena nacional que ya tiene cuatro establecimientos. Es un edificio de 15 pisos, de trazo moderno, diseñado por Rodrigo Errázuriz y decorado por Enrique Concha. Tendrá 230 habitaciones, nueve salones de reuniones, business lounge, restaurante, piscina al aire libre, café en el jardín y certificación Leed. Se proyecta para el primer semestre de 2015.

Pero el que dará qué hablar es el Nhow Santiago, primer hotel de esta marca (perteneciente a la española NH Group) que se levanta fuera de Europa. Se trata de una línea exclusiva y muy enfocada en el diseño. Hay uno en Milán (dedicado precisamente al diseño), uno en Berlín (dedicado a la música, con dos estudios de grabación que suelen usar David Bowie y U2) y el recién inaugurado en Rotherdam, obra de Rhein Koolhaas, premio Pritzker de arquitectura. El capitalino se levanta en La Dehesa, frente al portal, y según Gabriel Veiga, director de NH en el país, "Nhow significa estilo, estilo y estilo. Y es el pulso de lo que pasa en la ciudad, en arte, en cultura, en gastronomía y en vinos". Tendrá una suite de 200 m2 y salones de 2.000 m2, su diseño es obra de los afamados arquitectos Eduardo Soto, Alejandro Miani y Sergio Echeverría, quienes estuvieron también a cargo de la arquitectura del Westin de Lima.

Por lo visto, novedades tendremos por un buen tiempo.