Son cerca de 10 locales, entre bares y cafés, repartidos en Providencia, Las Condes, Vitacura y Santiago, principalmente. Hace más de un año que están sirviendo como una especie de "sala de clases" para que los capitalinos y los extranjeros residentes practiquen y aprendan distintos idiomas. Entre ellos, italiano, japonés, portugués, alemán, francés y, por supuesto, inglés.

Hace poco más de un año se formó Políglota, una red social de amantes de las lenguas, que cuenta ya con cerca de 800 participantes en la capital, más de 2.500 seguidores en Facebook y 95.000 en Twitter.

La idea surgió cuando Carlos Aravena (27) y José Manuel Sánchez (22) renunciaron a sus carreras universitarias para construir una comunidad para que los interesados -de entre 18 y 50 años- pudieran practicar los idiomas que conocen en bares y cafés (además de algunos parques de la ciudad).

"Todos son alumnos de quienes saben más y profesores de quienes saben menos", dice Aravena.

Es a través de Facebook que los participantes se ponen de acuerdo para fijar un lugar de reunión y el idioma que se practicará. Las citas comienzan a las 7.30 de la tarde, y los primeros 45 minutos son de ejercicios y actividades orales para repasar los conceptos básicos de un idioma y romper el hielo. El tiempo restante es de conversación libre.

Actualmente, Políglota cuenta con grupos de siete lenguas, y a contar de marzo sumarán chino mandarín y mapudungún en un lugar a definir en la ciudad.

Uno de los idiomas más demandados es el inglés. De hecho, de lunes a domingo existen grupos para quienes desean perfeccionarse todos los días. Un lunes puede tocar en el barrio Brasil, otro en el Parque Bustamante, o en Isidora Goyenechea, y así.

Pascal Nathieu (37) es un profesor de inglés de origen canadiense que llegó hace seis años a Santiago. El participa en el grupo de inglés de los martes -el más concurrido, con unas 40 personas- en el Bar California, ubicado en Las Urbinas, Providencia. "Armamos charlas con diferentes temas. Queremos evitar las típicas conversaciones de cuánto tiempo llevas aprendiendo o qué edad tienes", dice.

Luego de las sesiones -que duran hasta cuatro horas- organizan asados y salidas a bailar. "Es rico que sea en un lugar más atractivo que una sala de clases", dice Carolina Maldonado (31), coordinadora de los grupos de inglés de Políglota.

Francisco Gallardo (34) organiza el grupo de portugués los días martes en una pizzería de Providencia y, además, comenzó a estudiar japonés hace seis meses con personas que se juntan en el mismo local llamado Pikada. "Tenemos amigos de esa nacionalidad y nos enseñan expresiones nuevas cada semana", dice Gallardo.

Uno de los proyectos de Políglota es crear un software gratuito para complementar las conversaciones de grupo.