SAo Luis de Maranhão es la más importante capital marítima próxima del Amazonas. Situada a orillas de mar, la ciudad brasileña -un archipiélago, en realidad, surcado por las aguas del caudaloso río Anil- se halla justo en el regazo del nordeste de Brasil y constituye la puerta de entrada al itinerario costero que los responsables de turismo de Brasil denominan la Ruta das Emoçoes: una amplia y hermosísima alineación de villas y pueblos marineros, de más de 1.000 km hasta Fortaleza. Dos de los grandes atractivos de esa ruta, en el propio estado de Maranhão -que concentra la mayor diversidad de ecosistemas del país-, son el delta del río Parnaíba, un preámbulo amazónico, y sobre todo, el Parque nacional dos Lençóis (sábanas), con dunas de hasta 40 m, surtido de caudalosas lagunas cristalinas, como si fuese un desierto a la inversa, en el que prevalecen los oasis.
8.00 a.m Plaza del poeta y el mar
Tras el café da manhã, es recomendable iniciar el recorrido por el centro desde la plaza de Gonçalves Dias. Su imponente mirador sobre la bahía da una idea del movedizo atractivo de São Luis. La marea ahora está alta, pero ese privilegiado mirador (que debe su nombre al vate emblema del romanticismo brasileño) permite ver una extraña peculiaridad: la marea desciende y vuelve a subir cada día hasta siete metros. La esbelta iglesia de Nuestra Señora de los Remedios, allí enclavada, la única gótica, es un buen pórtico al enjambre de iglesias, palacetes y conventos -en su mayoría de corte neoclásico- que salpican el diseminado centro histórico.
10.00 a.m El caso histórico
Más de 3.500 edificios monumentales en 280 ha. alberga el centro histórico, declarado Patrimonio Mundial. Domina un eclecticismo tan vertiginoso como su historia. Pues São Luis de Maranhão -que debe su nombre al entonces rey niño Luis XIII- fue fundada por los franceses (1612), aunque tomada por los portugueses tan solo tres años después, y recobrada luego, en 1644, tras tres años de dominio holandés. La Casa do Maranhão ofrece un completo audiovisual sobre la formación, por aluvión, del centro histórico. Da cuenta de la profusión de relevantes escritores del siglo XIX nacidos en São Luis que, a la estela de Gonçalves Dias, son rememorados en calles y plazuelas. Si Jorge Amado se ha erigido en la voz de "los olvidados nordestinos", desde su grada sur de Salvador de Bahía, de este flanco norte son oriundos novelistas, prosistas y académicos consagrados.
Junto a la Casa das Tulhas, el Mercado y la Posada Colonial (una sinfonía de azulejos), hay que ver algunos enclaves interesantes: el Palacio dos Leòes, fuerte fundacional y hoy sede del Gobierno estatal; el teatro Arthur Azevedo (1815), la Fonte das Pedras o las iglesias del Destierro -la más antigua, de 1614-, de Nuestra Señora del Rosario de los Negros y de Carmo, y la catedral de la plaza de Sé.
14.00 La laguna de Jansen
El parque de la laguna de Jansen es uno de los lugares de ocio más frecuentados por los propios marañenses. Se trata de un entramado de 6.000 m2, repleto de restaurantes, bares, canchas y ciclovías. Es un lugar que incluso es recomendable visitar de noche, ya que ofrece vistas a la laguna y a buena parte de la ciudad. Debe su nombre a uno de los personajes más célebres de São Luis: la controvertida Anna Jansen (1793-1869), una de las grandes abanderadas del feminismo, que defendió con uñas y dientes su condición de madre soltera, pero que, a causa, tal vez de eso mismo y de su longevidad atípica para la época, carga con una considerable leyenda negra. Promotora de la primera red hidráulica de la ciudad, cuentan que se abrió camino en su proyecto anegando con gatos muertos los manantiales de sus opositores y que se enriqueció como tratadista de esclavos, a los que, según la leyenda, mandaba matar tras retozar con ellos.
19.00 El reggae y la farofa
Por su afición al reggae, São Luís de Maranhão es conocida como la "Jamaica de Brasil". De ritmos más dulcificados y hermanados con típicas modalidades brasileñas, cada noche suena en múltiples locales de la ciudad, desde el propio centro histórico o la ribera de la laguna de Jansen o, sobre todo, en la larga avenida playera de Litoranea, donde se concentran la zona hotelera y restaurantes con cristaleras al mar. Destaca, con vistas a la bahía, el hotel Pestana, y entre los variados restaurantes recomendables de sabor y ambientación local, se encuentran Cabana do Sol, Maracangalha (Ponta do farol) o Feijão de Corda. Sobre la mesa aguarda la siempre presente farofa (harina de yuca). Y uno de los sabores típicos de este litoral es la amarela, un exquisito pescado autóctono (sin despreciar la moqueca de especiados y jugosos camarones con dulzor a la vez marino y fluvial).
Todo esto si el viajero no acude a São Luis durante las fiestas juninas, a lo largo de junio, cuando la ciudad rebosa de recintos feriales (los arraiais) donde cada noche se celebra el bumba meu boi (levántate, mi buey), un ritual mestizo, de origen indígena, africano y europeo, que congrega a cientos de grupos folclóricos, con sus tambores y danzas en trance y espectacularmente ataviados.